(ANSA) - CARACAS, 22 OTT - Un grupo de 27 militares que
engrosan la lista de presos políticos en Venezuela cumplieron
este martes el segundo día de una huelga de hambre en demanda de
condiciones más seguras de reclusión, porque están amenazados
por delincuentes comunes, denuncia una ONG de defensa de los
Derechos Humanos.
Desde la mañana del lunes 21 de octubre, 27 militares
recluidos en el Centro de Procesados y Penados Militares
Guaicaipuro, ubicado en el suburbio de Charallave, a unos 40
kilómetros de Caracas, están en la huelga de hambre para exigir
una reunión con el director de la cárcel, explica la ONG
Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) , que atendió la
denuncia de los familiares.
"La protesta es una señal de auxilio porque sienten que
corren peligro, debido a que han recibido amenazas de secuestro
por parte de los presos sociales", dijo la ONG en un comunicado.
En este recinto hay 87 prisioneros, entre ellos 52 detenidos
por delitos comunes, ocho policías y 27 militares.
Cuando los militares fueron trasladados a esa cárcel, ya
estaban ahí recluidos 32 "presos sociales" provenientes de otras
dos cárceles. En septiembre llegaron otros 20 presos comunes y
aumentó el hacinamiento en el penal, donde hay un brote de
tuberculosis..
Los presos civiles al no recibir asistencia ni tratamiento
médico, aunque han protagonizado varias protestas, ahora
amenazan con arremeter contra los militares y funcionarios
policiales si no reciben respuestas inmediatas, según la
información.
Los militares en huelga de hambre piden evitar una
confrontación, que haya condiciones adecuadas de reclusión y se
termine "con la constante violación de derechos humanos de los
que son víctimas".
Esta cárcel militar ni siquiera tienen servicio eléctrico ni
agua apta para consumo humano. Es un galpón con pocas paredes y
sin techo de concreto. Los prisioneros están enjaulados entre
barrotes como en una jaula gigante, las celdas son compartidas
hasta por 12 personas y dentro de cada una de ellas hay una
letrina, un tubo que utilizan como ducha y un lavamanos.
En el lugar abundan las enfermedades gastrointestinales e
infectocontagiosas que se tienen que curar ellos mismos por
carecer de servicio médico y medicinas, denuncia la ONG. (ANSA).