(ANSA) - CARACAS, 23 OTT - El régimen chavista de Nicolás
Maduro acaba de lanzar una nueva ofensiva contra partidos y
líderes opositores, a quienes ahora persigue penalmente tal
acusarlos del "robo" de la petrolera Citgo, filial de PDVSA en
los Estados Unidos.
La filial de Petróleos de Venezuela en Estados Unidos será
liquidada para pagar a acreedores que demandan a Venezuela por
viejas expropiaciones ordenadas por el difunto Hugo Chávez.
La chavista Asamblea Nacional (Congreso) aprobó un informe
este martes en donde acusa a 351 dirigentes opositores de urdir
una trama para permitir que Citgo "sea robada por Estados
Unidos".
El informe señala además a los partidos políticos opositores
Acción Democracia, Primero Justicia, Voluntad Popular, Vente
Venezuela, Un Nuevo Tiempo, Mesa de Unidad Democrática y sus
respetivas juntas directivas como presuntos responsables
penalmente.
La Asamblea pide a la Fiscalía que solicite a los tribunales
penales órdenes de captura y alertas roja de Interpol "contra
todos los involucrados que orquestaron el despojo y el robo de
la empresa venezolana", detallan los servicios de prensa del
legislativo.
Eso incluye a las directivas de esos partidos políticos, que
a la postre son los líderes que quedan activos de la ya menguada
oposición.
El 50% de las acciones de Citgo también fue puesto como
garantía por el gobierno de Nicolás Maduro para la emisión de
unos bonos de deuda pública por $3.370 millones vencidos hace
tiempo.
Los inversionistas de esos papeles también van en contra de
los activos Venezuela en Estados Unidos, en un engorroso proceso
de cobro judicial radicado en una corte de Nueva York.
Ahora la Asamblea culpa en el informe final a los partidos
opositores de la entrega e inminente pérdida de CITGO.
El documento aprobado es remitido a la Procuraduría, la
Fiscalía y al Servicio de Notarías para pedirle a estos
organismos que preparen acciones contras los líderes opositores,
incluyendo prohibirles que enajenen sus bienes y congelarles sus
cuentas.
A los opositores les será aplicada una Ley de Extinción de
Dominio para embargarles todos sus bienes personales y a los
partidos todas sus sedes y edificios, según ordenó Jorge
Rodríguez, el radical presidente de la Asamblea.
Las acciones penales apuntan a exdiputados de la anterior
Asamblea Nacional (2016 /2021), donde la oposición tuvo absoluta
mayoría, pero que fue neutralizada por el Gobierno y despojada
de sus poderes a través del Tribunal Supremo de Justicia.
Citgo pertenece a PDV Holding, la filial en Estados Unidos
de PDVSA. Es la séptima mayor empresa refinadora en ese país,
con capacidad para procesar más de 800 mil barriles por día de
crudo en sus tres refinerías. Su valor se estima en unos 15.000
millones de dólares, insuficiente para cubrir todas las
demandas.
En enero de 2019 Maduro asumió un segundo gobierno para el
que fue electo en mayo de 2018 en un cuestionado proceso que no
fue reconocido por la perseguida oposición ni por unos 60
países.
Entonces, con la iniciativa del gobierno de Donald Trump,
fue reconocido un "gobierno interino" del presidente de la
Asamblea Nacional, el diputado opositor del partido Voluntad
Popular, Juan Guaidó.
Citgo y otros activos internacionales de Venezuela quedaron
entonces fuera del control de Maduro, en manos de una junta
directiva "ad hoc", una suerte de gobierno corporativo en el
exilio. Según la oposición, eso permitió que Citgo fuera
protegida de las sanciones contra el régimen chavista y de
varios intentos anteriores de embargo emprendidos por acreedores
de Maduro.
Sucesivas licencias del Departamento del Tesoro en el marco
de las sanciones contra el chavismo han evitado hasta ahora una
liquidación final de la petrolera, mientras una fila de
acreedores presionan para que se complete la subasta.
Entre la treintena de acreedores en los primeros lugares
están la minera canadiense Crystallex International Corp, cuyas
minas fueron confiscados por Hugo Chávez sin pago de
compensación.
También cuenta el gigante petrolero ConocoPhillips, un ex
socio de Pdvsa cuyos activos fueron confiscados en 2007 y que
reclama a Venezuela $8.700 millones por tres proyectos
nacionalizados. (ANSA).