Por Filippo Cicciú
(ANSA) - ESTAMBUL, 23 OTT - Una fuerte explosión ante el
portón y luego dos personas que ingresan disparando a quemarropa
a la sede de la industria aeroespacial (Tusas) , en la provincia
de Ankara, más precisamente en Kahramankazan, 50 kilómetros de
la capital.
Eran poco más de las 15.30 hora local de Turquía (12.30 GMT)
cuando se desencadenó el infierno por un ataque que el ministro
del Interior, Ali Yerlikaya,
definió como "terrorista" y que provocó la muerte de al menos
cuatro personas, y más de 14 heridos. Once técnicos italianos
que se hallaban en el área -en su mayoría empleados de la
empresa Leonardo y empeñados en actividades de colaboración en
el ámbito de programas aeronáuticos iniciados con Turquía-
resultaron ilesos.
Los dos terroristas, un hombre y una mujer, inmortalizados
por
cámaras de seguridad en el momento del blitz, fueron asesinados
posteriormente en la inspección realizada por las fuerzas
especiales que ingresaron al edificio. Al parecer, uno de los
atacantes tomó como rehenes a 11 personas antes de ser abatido.
Por la tarde, el gobierno turco acusó a los kurdos del Partido
de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Ankara bloqueó inmediatamente Instagram, YouTube y X,
mientras que un tribunal impuso la prohibición a la televisión y
la radio de transmitir noticias sobre el ataque.
Y por lo que se ha filtrado, se supone que los terroristas
llegaron en un taxi al gran edificio de la industria
aeroespacial, donde trabajan miles de empleados. Una vez allí,
asesinaron al chofer, se bajaron y detonaron una bomba, aunque
inicialmente circularon rumores de un atentado suicida en las
redes sociales. Tras la explosión, los dos se dirigieron hacia
el edificio disparando y el hombre logró entrar. "El agresor
intentó entonces irrumpir en el departamento de Recursos Humanos
y en la academia", afirmó una fuente anónima al portal Middle
East Eye, y añadió que "once rehenes fueron liberados tras una
operación de las fuerzas especiales, con tiroteos y
explosiones".
Mientras la embestida se hallaba en curso, el canciller
Antonio Tajani hizo saber que no había italianos entre las
víctimas.
"Eran 11 italianos los que se encontraban en la zona donde
se produjo este ataque terrorista, pero siempre estuvieron a
salvo y nunca corrieron peligro real", aclaró luego, por la
tarde, el jefe de la Farnesina, al condenar la acción y enviar
un mensaje de solidaridad con el pueblo turco.
El asalto tuvo lugar mientras el jefe de Estado turco, Recep
Tayyip Erdogan, se encontraba en la cumbre de los BRICS, en
Rusia, y se reunía con el presidente Vladimir Putin. El líder
turco calificó la agresión como "cobarde" y declaró que "ninguna
organización terrorista que apunte a nuestra seguridad podrá
alcanzar sus objetivos", al tiempo que prometió que "la lucha
contra todo tipo de amenazas terroristas, y sus partidarios,
continuará con determinación y decisión". Mientras que el
secretario general de la OTAN, Mark Rutte, lo llamó para
expresarle su solidaridad.
En los últimos años, Turquía fue objeto de numerosos
ataques, aunque recientemente se han vuelto menos frecuentes.
Entre 2015 y 2016, el Estado Islámico (ISIS, sigla en inglés) y
grupos cercanos al Partido de los Trabajadores del Kurdistán se
atribuyeron la responsabilidad del asesinato de cientos de
personas en varias ciudades del país.
En enero de este año, hombres armados entraron en una
iglesia de Estambul asesinaron a un hombre (ataque reivindicado
por ISIS), mientras que en noviembre de 2022 seis personas
perdieron la vida tras una explosión en una calle peatonal del
centro de Estambul, que provocó heridas a otras 81.
El gobierno atribuyó la acción al PKK, aunque el grupo armado
kurdo, considerado terrorista por Ankara, negó cualquier
responsabilidad.
Esta vez el ataque contra la sede de la industria
aeronáutica se produce 24 horas después de un llamamiento
insólito lanzado por el secretario del partido turco de extrema
derecha MHP, Devlet Bahceli, que invitó a Abdullah Ocalan, líder
del PKK encarcelado desde 1999 y en régimen de aislamiento,
acudir al Parlamento para anunciar la disolución del grupo y
proclamar el fin del terrorismo.
Declaraciones que provocaron la indignación de la opinión
pública y se produjeron en el contexto de los recientes rumores
sobre una posible reapertura del proceso de paz entre el
gobierno turco y el PKK tras un período de tregua entre 2013 y
2015 entre el ejército y el grupo. (ANSA).