Por Manuela Tulli
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 23 OTT - Las cuentas del
Vaticano no están en su mejor momento y el Papa ha solicitado
nuevos sacrificios a los cardenales.
Después de haberles retirado el descuento en el alquiler de
las viviendas en el Vaticano hace un año y medio, y de haber
recortado su sueldo en un 10% en marzo de 2021, ahora vuelve a
ajustar los salarios de las autoridades que trabajan en la
Curia.
El anuncio llegó a los interesados mediante una carta
firmada por el Prefecto de Economía, Maximino Caballero Ledo, en
la que se informa que se suspenderá la entrega de la
"Gratificación por la Secretaría" y de la "Indemnización de
Oficina," que hasta ahora formaban parte de los emolumentos
mensuales.
Un cardenal de la Curia percibe un salario de
aproximadamente 5.500 euros, y la Gratificación por la
Secretaría, que ha estado presente en sus nóminas durante casi
veinticinco años, representa unos 500 euros. Sumado a la otra
partida, esto supone un recorte de más del 10%.
La carta del Prefecto, fechada el 18 de octubre, llega
apenas un mes después de que el mismo Papa enviara una carta a
los cardenales en la que indicaba la necesidad de "un esfuerzo
adicional por parte de todos para que un déficit cero no sea
solo un objetivo teórico, sino una meta efectivamente
alcanzable."
A la luz de esta indicación, Caballero Ledo anuncia que
"otras medidas, que están siendo estudiadas por los organismos
competentes, requerirán la contribución de todos."
El recorte a los cardenales, los "primeros colaboradores"
del Papa, se aplicará a partir del primero de noviembre,
"confiando en que dicha medida —según indica el Prefecto— será
acogida en el más auténtico espíritu de cooperación para el bien
de la Iglesia." Esta decisión se toma justo en la víspera del
Jubileo.
La solicitud de este recorte salarial es solo un nuevo
síntoma de las dificultades financieras del Vaticano. A pesar de
que se han implementado muchas reformas, la dificultad para
reducir los gastos y aumentar los ingresos parece requerir más
esfuerzos.
Próximamente, la histórica Annona, el supermercado dentro de
los muros vaticanos, "será entregada a una reconocida marca
italiana," según anunciaron hace algunas semanas los empleados,
quienes, ante el congelamiento de los ascensos, el bloqueo de
niveles funcionales, y la paralización de contrataciones y horas
extras, llevan algún tiempo en pie de guerra.
La misma Adlv, la asociación de empleados laicos del
Vaticano, informa que en algunas áreas se están concediendo
gratificaciones. En una nota expresan estar "incrédulos, aunque
contentos por la generosa y ciertamente merecida gratificación
recibida por nuestros colegas".
"Es nuestro sentir tras enterarnos de una segunda ronda de
asignación de niveles funcionales en la Apsa (Administración del
Patrimonio de la Sede Apostólica) apenas un año después de la
primera e inesperada distribución, que también sorprendió a los
empleados del Vaticano." Y se preguntan: "¨Cuáles son los
criterios de selección?"
También hay descontento por las contrataciones, que en
general están prohibidas, pero son permitidas en algunos
sectores. La Adlv también señala al Gobernatorato, al Vicariato
y al Ior porque "parece que estos últimos tienen una gestión más
autónoma de la administración del personal."
Así, hay un problema de restricciones, pero también de
injusticias (y en algunos casos acoso laboral) denunciadas por
varios empleados, casi siempre "fuera de los registros," ya que
en el Vaticano no existe un sindicato formal. (ANSA).