Por Francesco Gallo
(ANSA) - ROMA 24 OCT - "Cattivi maestri" (Malos profesores),
de Roberto Orazi, que se exhibe hoy en el Festival de Roma en la
sección Proyecciones Especiales, cuenta la historia de una larga
pesadilla de Vincenzo Fuoco, de treinta y cinco años y
apasionado por el fútbol desde pequeño.
Cuando jugaba en el equipo de su ciudad natal, el Villa
d'Adda, a los once años, fue comprado por un equipo profesional.
Allí conoció a un director deportivo "depredador en serie", que
se coló en su vida y la de su familia.
Hoy Vincenzo, salido de la pesadilla, ha decidido contar su
historia de abuso, en el documental dirigido por Roberto Orazi
que tiene, entre muchos méritos, el de relatar, paso a paso,
cómo detrás de una persona amable que parece tener una auténtica
pasión por tu hijo, incluso profesional, puede esconderse un
monstruo.
"Para mí esta película fue un paso importante. Después de
veinticinco años he conseguido contar a todo el mundo, sin
distinción y con eficacia, lo que he intentado decir durante
mucho tiempo, incluso de forma equivocada, sin encontrar
público", afirma Vincenzo Fuoco.
Hace referencia, como se ve en el documental, a la
dificultad de superar ese trauma, nunca compartido con nadie,
pero exorcizado con el uso de drogas, psiquiatría, el deseo de
suicidarse y también, finalmente, de matar a su depredador
torturador.
"Cuando empezamos a promocionar el estreno del documental,
lo que más me agradó fue que las personas que se acercaron a mí
eran sobre todo aquellas que tenían un dolor muy grande e íntimo
internamente. Lamentablemente es difícil enfrentarse a este tipo
de personas que han tenido un pasado como el mío: cada uno de
ellos se siente único y solo en el dolor que todavía duele
demasiado. Lo importante para mí no es sólo castigar a los
culpables, sino también dar apoyo", explicó Fuoco.
"La génesis del proyecto nació del encuentro con la
periodista Daniela Simonetti, que había escrito el libro
'Impunitá di gregge' (Impunidad colectiva) en el que denunciaba
casos de abusos en todos los deportes", destacó, por su parte,
el productor, Riccardo Neri.
"Cuando ya estábamos intentando entender cómo y con quién
hacer la película, Daniela recibió una carta sorpresiva de
Vincenzo que nos convenció de que la historia que queríamos
contar era la suya. Sin embargo, tomó algún tiempo ganarse la
confianza de Vincenzo Fuoco, quien, con razón, tuvo que
encontrar la serenidad dentro de sí mismo para contar su
historia. Nosotros - concluye Neri - sólo tuvimos que esperar
hasta comprender que estaba preparado. Luego pasamos a la
producción". (ANSA).