(ANSA) - LOS ANGELES, 24 OTT - Es necesario revisar la
sentencia que condenó a Lyle y Erik Menéndez a cadena perpetua
por el asesinato premeditado de sus padres en 1989.
La fiscalía de Los Angeles ha considerado nuevas pruebas
sobre los abusos sexuales perpetrados contra los hermanos, de 21
y 18 años. La hipótesis es que habrían sufrido abusos y malos
tratos de su padre desde temprana edad al amparo de su madre, lo
que los habría empujado a actuar criminalmente.
Un punto de inflexión que allana el camino hacia su
libertad condicional tras 35 años de prisión. El caso conmocionó
a la opinión pública hace treinta años y volvió a estar en la
cumbre con una serie estrenada en Netflix en septiembre pasado.
El fiscal del condado de Los Angeles, George Gascón,
considera que, "ante el acoso que sufrieron", los dos no
deberían haber sido juzgados por asesinato premeditado, sino por
homicidio en segundo grado, que conlleva una pena de 50 años.
"Considerando la corta edad al momento de la condena y que
ya han cumplido 35 años, ya podrían pedir la libertad
condicional y salir en libertad", dijo el procurador en una
concurrida conferencia de prensa. En primera fila estaban los
tíos y primos de los Menéndez, quienes luchan por su libertad.
La última palabra la tiene ahora el juez, que ha fijado la
audiencia para el 26 de noviembre.
Lyle y Erik tenían 21 y 18 años cuando mataron a tiros a
José y Kitty Menéndez, en el corazón de uno de los barrios más
ricos y seguros de Los Angeles. Fueron arrestados al año
siguiente.
Durante el juicio -uno de los primeros retransmitidos por
televisión- los hermanos Menéndez no negaron haber matado a sus
padres, pero afirmaron que habían actuado por miedo a que su
padre y su madre los mataran, después de haberles infligido toda
una vida de abusos físicos, sexuales y psicológicos.
El jurado no pudo llegar a un veredicto unánime y el
proceso fue cancelado. En el segundo juicio, celebrado en 1996 a
puertas cerradas, se excluyeron muchas de las pruebas sobre la
violencia.
El año pasado, los abogados defensores pidieron una
revisión del juicio, presentando ante el tribunal la declaración
jurada del exintegrante de la banda puertorriqueña Menudo, Roy
Rosselló, donde se dice que José Menéndez (ejecutivo del sello
musical RCA) lo había violado en la década de 1980, y una carta
de diciembre de 1988 que Erik le escribió a un primo aludiendo a
la violencia de su padre.
El brutal asesinato en Elm Drive y los juicios contra los
dos vástagos ricos atrajeron mucha atención en los años en que
la ciudad fue sacudida por disturbios raciales y el caso
impulsado por los medios contra OJ Simpson.
La serie producida por Ryan Murphy en Netflix ha vuelto a
despertar el interés en el caso. (ANSA).