Por Ariel Ferrero
(ANSA) - NUEVA YORK 25 OCT - La "gran mentira" de las
elecciones de 2024 se está gestando en Webex: En pequeños
grupos, cientos de personas, la mayoría de ellos blancos, se
reúnen semanalmente en videoconferencias en línea para compartir
pruebas sobre un supuesto complot izquierdista para "intentar
que los ilegales se conviertan en votantes" el 5 de noviembre.
Lo reveló Jeff Vega, activista latino conservador en
Michigan, citado por NBC News.
Los participantes, que supuestamente incluyen a un
legislador del estado de Wisconsin, un exfuncionario del
gobierno de Trump (2017-2021) y un congresista de los Estados
Unidos, luchan por exponer ideas sobre cómo combatir esta
supuesta amenaza.
Proponen desde revisar listas de no ciudadanos con licencias
de conducir hasta escanear las listas de votantes con nombres
"étnicos". Se instan unos a otros a avanzar tan lejos como
puedan dentro de los límites de la ley.
Estas reuniones están dirigidas por la Red de Integridad
Electoral, una coalición de conservadores "dedicados a
garantizar la legalidad de cada voto estadounidense" y docenas
de socios estatales.
En los encuentros la presencia de reporteros está prohibida.
Sin embargo, las grabaciones se han filtrado a los medios de
comunicación, incluido NBC News.
Las reuniones, que muchos legisladores consideran
"inquietantes", son convocadas con el objetivo de "salvar las
elecciones".
En contraste con 2020, cuando Trump y sus partidarios
denunciaron una serie de falsas acusaciones de interferencia
electoral, muchas ridículas, rápidamente anuladas por los
tribunales, los republicanos en este ciclo electoral se centran
casi por completo en el espectro del voto no ciudadano, una
afirmación aún más atractiva debido a la dificultad de demostrar
que algo no está sucediendo.
Es un reinicio de la negación electoral de Trump de 2020,
centrada en un enemigo específico con una estrategia más sólida,
que ya ha logrado cierto éxito con este mensaje más claro, si no
menos falso. La afirmación se ha extendido ampliamente en línea
y en el mundo real, impulsando consecuencias que podrían dar
forma a las elecciones y más allá.
Grupos conservadores bien financiados están desplegando
sistemáticamente la amenaza fabricada del voto no ciudadano para
bombear su base, presentar medidas restrictivas de votación
federales y estatales y purgar a decenas de miles de votantes de
las listas, e inundar los tribunales con demandas que plantean
dudas sobre la seguridad de las próximas elecciones, abriendo la
puerta a los retrasos en la certificación de los resultados.
Ha sido el tema candente de las audiencias del Congreso, las
compras de anuncios de un millón de dólares, los medios de
comunicación de derecha, los proyectos de desinformación
nacionales y los mítines de campaña.
Y ya ha causado daño, con votantes privados de derechos,
promotores progresistas y activistas latinos acosados, y la
normalización de una teoría de conspiración anti inmigrante que
ha motivado una horrible violencia masiva: la creencia de que un
grupo de élite está utilizando la inmigración para orquestar la
extinción de los estadounidenses blancos. (ANSA).