Por Chiara Venuto
(ANSA) - BARI 26 OCT - Entrar en una película, desentrañar de
primera mano el curso de los acontecimientos a través de la
realidad virtual, explorar el territorio narrativo de forma
independiente, según la propia naturaleza. El cine tiene muchas
fronteras por delante, muchas de las cuales las ofrecen las
nuevas tecnologías, incluido el metaverso y la inteligencia
artificial.
Estos son solo algunos de los temas del segundo de los tres
días de la Apulia Digital Experience, en curso este fin de
semana en Bari. "Después de una primera edición casi
experimental", como recuerda el director artístico de Ade,
Roberto Genovesi, en su discurso inaugural junto a la presidenta
de la Apulia Film Commission, Anna Maria Tosto, la reunión de
este año vuelve a hacer un balance del estado actual del sector
audiovisual y de los videojuegos.
Entre las novedades para 2024, también se encuentran
experimentos como 'Re-imagine Cabiria', un proyecto del Museo
Nacional del Cine de Turín y RAI Cinema creado por Cubia y
Spazio Koch en colaboración con Unspace y la Universidad de
Turín, ya presentado en el Premio.
Una reinterpretación de la epopeya muda de 1914 dirigida por
Giovanni Pastrone y enriquecida con textos de D'Annunzio, es un
producto a medio camino entre un cortometraje y un videojuego,
ya que es posible "experimentarlo" a través de un dispositivo de
realidad virtual.
Ahora mismo, sin embargo, esta nueva forma de hacer cine se
nutre de la experimentación. Poco más. La idea de encontrar el
concepto de 'metaverso' en una sala de cine es difícil. También
porque "el teatro se somete a la creación de contenidos -explicó
Gennaro Coppola, director general de One More Pictures y
vicepresidente del sindicato de editores y creadores digitales
de Anica- hasta que tengamos contenidos de nueva generación
tendrá dificultades para evolucionar", pero "ahora la producción
está atrasada."
Sin embargo, "desarrollar este ámbito es una alternativa que
podría conducir a un cambio en el número de personas que van al
cine -recordó-, pero mientras hablamos de cortometrajes de unos
pocos minutos es difícil justificar el precio del billete. Al
mismo tiempo, debe estudiarse bien el contenido largo, debe
tener un mayor nivel de atención que uno lineal porque la gente
tiene que estar más de 45 minutos con el visor".
Y éste es uno de los problemas que hasta ahora han frenado
el advenimiento de esta nueva realidad. "Tenemos grandes
escuelas de escritura para el 'mundo lineal' -dijo Coppola- pero
no grandes conocimientos sobre cómo escribir un mundo en una
realidad inmersiva".
En la misma onda está Sara Tirelli, artista, cineasta y
directora de la filial veneciana del Centro Experimental de
Cinematografía, que se ocupa de las "artes inmersivas": "el
problema no es tanto la tecnología, sino los contenidos",
afirmó, reiterando la necesidad de "formar a las nuevas
generaciones y actualizar a los autores y directores maduros en
la narración no lineal". (ANSA).