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Por Laurence Fig…-Talamanca
(ANSA) - TEL AVIV, 28 OTT - Algo se mueve, aunque a pasos muy
pequeños e inciertos. Al inaugurar la sesión de invierno de la
Knesset, Benjamín Netanyahu anunció que "Israel está trabajando
en un acuerdo con Hamás" para la liberación de "algunos" rehenes
a cambio de varios días de tregua en Gaza.
Una apertura que llegó poco antes de que el mismo parlamento
aprobara dos leyes para prohibir las actividades en el país de
la Unrwa, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, a
la que Israel acusa de connivencia con Hamás y a varios de sus
empleados de haber participado en los ataques del 7 de octubre.
"Un voto escandaloso", fue la reacción de la misma Unrwa,
mientras que el jefe de la agencia, Philippe Lazzarini, denunció
que esto "agrava aún más el sufrimiento de la población
palestina".
Una ley que "muestra la transformación de Israel en un
Estado fascista", comentó la ANP, al rechazar la prohibición.
No sirvieron de nada los llamados de la comunidad
internacional para que no se aprobara, empezando por Estados
Unidos. Tras el voto, París, Berlín, Londres y otros cuatro
países condenaron la norma y recordaron que la Unrwa brinda
ayuda humanitaria "esencial y de salvamento" a los civiles de
Gaza, Jerusalén Este y Cisjordania.
La facción palestina también se ha mostrado abierta a
alcanzar un acuerdo, aunque reiteró sus condiciones. La base de
negociación en la que el jefe del Mossad, David Barnea, el de la
CIA, Bill Burns, y el primer ministro de Qatar, Mohammed bin al
Thani, discutieron en Doha es la llamada "propuesta egipcia": la
liberación de cuatro rehenes (de un centenar que aún están
prisioneros en la Franja, de los cuales más de 30 se cree que
están muertos) a cambio de dos días de tregua en Gaza y la
liberación de algunos prisioneros palestinos.
"Las conversaciones entre los mediadores y Hamás continuarán
en los próximos días -anunció la oficina del primer ministro-
para evaluar la viabilidad de las negociaciones y avanzar en los
esfuerzos por alcanzar un acuerdo".
Desde su sede en Delaware, el presidente estadounidense Joe
Biden intenta ejercer el poder que le queda a una semana de las
elecciones presidenciales para acelerar las negociaciones con
Hamás.
"La guerra en Gaza debe terminar", advirtió, consciente de
lo crucial que es este tema en la campaña electoral.
Pero todo parece pender de un hilo. Fuentes de Hamás
informaron al canal saudita Al-Sharq que el movimiento está
listo para aceptar la propuesta de El Cairo, reiterando, sin
embargo, su objetivo de alcanzar un acuerdo que contemple, en
una fase posterior, un alto el fuego permanente y la retirada
completa de Israel de la Franja de Gaza: una condición que
podría obstaculizar nuevamente el resultado de las
negociaciones.
Por la noche, Netanyahu informó -también a través de su
oficina- que comunicó a su partido, el Likud, que no ha recibido
ninguna propuesta para la liberación de cuatro rehenes y dos
días de tregua, agregando que "si la recibiera, la aceptaría de
inmediato".
Pero poco antes, en un audio de la misma reunión de partido
filtrado a través de la cadena Channel 12, el primer ministro se
mostró pesimista sobre alcanzar un acuerdo con Hamás porque,
según él, los sucesores de Yahya Sinwar querrán demostrar ser
más intransigentes que su líder, asesinado por las FDI.
"Hamás está haciendo demandas que no podemos aceptar: el fin
de la guerra", aclaró el primer ministro a los suyos.
Las conversaciones en Doha también abordaron la guerra en
Líbano, Irán y su influencia en la región.
Al día siguiente del ataque a los sistemas de defensa y
producción de misiles de Teherán, Netanyahu advirtió en la
Knesset que Irán sigue intentando crear "bombas nucleares para
destruir Israel" y "amenazar al mundo entero". Prometió que
quiere "continuar con otros países árabes el proceso" que hace
algunos años condujo a los Acuerdos de Abraham, interrumpido el
7 de octubre de 2023.
Mientras tanto, la región sigue en llamas: en Gaza, las
muertes superaron los 43,000, según el balance proporcionado por
Hamás, mientras que en la frontera con el Líbano continúa el
intercambio de disparos entre las FDI y Hezbolá.
En visita a Jerusalén, el ministro de Defensa Guido Crosetto
reiteró a su colega Yoav Gallant la necesidad de "proteger a la
Unifil y a la población civil". (ANSA).