Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 28 OTT - El uso creciente del
crimen organizado de "artefactos explosivos improvisados" y en
especial de autos bomba como instrumento para atacar a sus
enemigos o a la fuerza pública y lograr sus objetivos, generó
una controversia, pues para los expertos es terrorismo y para el
gobierno "una disputa por territorio".
"El terrorismo tiene tintes ideológicos, religiosos,
etcétera" y en este caso lo que se está registrando es un
enfrentamiento entre "dos grupos delincuenciales para pelearse
entre ellos y amedrentar a la autoridad" ya sea que esté
"involucrada con algún otro grupo" o "porque los está
combatiendo", dijo el ministro de Seguridad, Omar García
Harfuch.
Hace unos días, dos autos bomba fueron detonados en
Guanajuato, el estado central con la cifra más alta de
homicidios intencionales en el país, lo que encendió las alertas
de diversos sectores sobre el riesgo de que se tornen más
frecuentes las acciones este tipo en el país.
Claudia Silva, alcaldesa de la ciudad de Acámbaro, afectada
por una de las explosiones, ocurrida cerca de un cuartel
policial, que dejó tres agentes heridos y varias viviendas y
vehículos civiles dañados, dijo que "todo el mundo sabe que es
narcoterrorismo" por lo cual se desligó del asunto.
"Es un tema que no nos compete", afirmó.
Poco antes, se registró otro estallido de un auto repleto
de explosivos en Jerécuaro, a unos metros de la sede municipal,
que no dejó víctimas, sino que solo incendió una patrulla.
En junio de 2023, otra explosión de un autobomba se
registró en Sauz, municipio de Celaya, también en Guanajuato,
dejando 10 miembros de la Guardia Nacional heridos.
Un reporte del ministerio de Defensa expone que en el
recién concluido gobierno del presidente Andrés Manuel López
Obrador confiscó 1.803 bombas artesanales, usadas sobre todo en
zonas de alta incidencia delincuencial en los estados de
Michoacán (sur), Guanajuato (centro) y Jalisco (occidente).
La confiscación de estos objetos bélicos sobre todo aumentó
50% entre 2021, cuando se contabilizaron 353, y 2022 (1.209) y
en lo que va del año ya suman 1.822.
El estado donde más "narcobombas" han sido halladas por
elementos de las fuerzas federales en tierra, vehículos y
drones, en estos más de cuatro años y medio, es Michoacán
(1.411), seguido de Guanajuato (664), Jalisco (396) y el sureño
Chiapas (121).
El exministro de Defensa Luis Cresencio Sandoval afirmó
que estos artefactos suelen ser usados por las bandas criminales
sobre todo "para agredir a grupos antagónicos", pero también
para "delimitar áreas de tránsito, que tienen algún interés en
conservar" o para atacar al Ejército, la Marina, la Guardia
Nacional y cuerpos policiales.
La presidenta del país, Claudia Sheinbaum, señaló que hay
claras "diferencias" entre el terrorismo y el crimen organizado.
Expertos en seguridad como David Saucedo y Pablo Aguirre
estiman que los actos recientes encajan "perfectamente en la
definición clásica de narcoterrorismo", pero dijo que el
gobierno se niega a catalogarlo así para no ahuyentar a
inversionistas y al turismo, o por temor a que Estados Unidos
intervenga militarmente en el país.
Desde hace varios años, grupos conservadores de Estados
Unidos y el propio expresidente Donald Trump han propuesto
declarar a las bandas criminales mexicanas como "organizaciones
terroristas" y atacar con misiles los laboratorios que fabrican
fentanilo, pero el mismo ejército de ese país se opone. (ANSA).