(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 30 OTT - El Papa concluyó la
audiencia general en la Plaza de San Pedro con un nuevo
llamamiento por la paz y en esta oportunidad subrayó el
sufrimiento de los niños en aquellos países atormentados por los
conflictos.
"Ayer he visto que fueron ametralladas 150 personas
inocentes. ¨Qué tienen que ver los niños con la guerra? Las
familias son las primeras víctimas", se preguntó el pontífice.
Francisco renovó su pedido de oración por países en guerra,
como Ucrania, Palestina, Israel o Myanmar. Recemos por la paz.
La paz es un don del Espíritu. La guerra es siempre, siempre,
siempre una derrota. En la guerra nadie vence, todos pierden".
Antes de la audiencia de los miércoles, Francisco recibió al
grupo "Proyecto Esperanza" del Consejo Episcopal Latinoamericano
(CELAM), que desde 1999 se dedica a acompañar a las mujeres que
han abortado.
El Papa destacó su "servicio a personas cuyo sufrimiento es
indescriptible", en contraste con "la llegada de cada recién
nacido que suele ser sinónimo de una alegría que nos embarga de
forma misteriosa y que renueva la esperanza".
"Quizás por eso el Señor, en la pedagogía de su Evangelio,
quiso hacernos partícipes de un dolor que, por ser la antítesis
de esa alegría, nos conmociona brutalmente", dijo el Papa-
Francisco citó luego un texto sobre los santos inocentes
asesinados por Herodes: "su dolor cesó con la muerte, mientras
que el grito amargo era el lamento de las madres, que se renueva
siempre con la memoria".
"No debemos perder la esperanza, el mal no tiene la última
palabra" para que "estas hermanas nuestras puedan encontrar a
Jesús en la desolación. Llegarán al hogar cálido y seguro de
Nazaret, donde podrán experimentar el silencio interior y paz al
verse acogidas y perdonadas", añadió, refiriéndose al servicio
de la asociación eclesial latinoamericana.
Durante la audiencia, el Papa dedicó la catequesis al
sacramento de la confirmación.
"El problema es cómo lograr que el sacramento de la
Confirmación no se reduzca, en la práctica, a una
'extremaunción', es decir, al sacramento de 'salida' de la
Iglesia", sostuvo.
"Se dice que es el Sacramento de la despedida porque, una
vez que los jóvenes lo hacen, se van, luego vuelven para
casarse. Eso es lo que dice la gente", agregó.
Para evitar eso, apuntó el Pontífice, puede ser útil recibir
ayuda en la preparación al Sacramento de fieles laicos que han
tenido un encuentro personal con Cristo y han tenido una
verdadera experiencia del Espíritu".
"Algunas personas dicen haberlo vivido como florece en ellos
el sacramento de la Confirmación recibido en la infancia",
añadió.
El Papa Francisco concluyó luego: "He aquí una gran
realización para el año jubilar! Quiten las cenizas de la
costumbre y del desinterés, conviértanse, como los portadores de
la antorcha en los Juegos Olímpicos, en portadores de la llama
del Espíritu". (ANSA).