Por Francesca Chiri
(ANSA) - ROMA 31 OCT - Renacer de una catástrofe, ambiental y
cultural, apostando por el arte. Quizás no sea una coincidencia
o al menos es una interesante coincidencia que Gibellina haya
sido proclamada como la primera ciudad en Italia en recibir el
título de Capital del Arte Contemporáneo 2026.
El galardón le otorga 1 millón de euros para financiar
"proyectos culturales que incluyan actividades como
exposiciones, festivales y eventos, además de la creación y
renovación de espacios y áreas dedicadas al disfrute del arte
contemporáneo".
Después de casi sesenta años, el pueblo que fue epicentro
del devastador terremoto de 1968, que arrasó todo el valle del
Belice y fue el primer gran desastre natural desde la posguerra,
recibe un premio por la apuesta que hizo el entonces alcalde.
Ludovico Corrao fue un visionario que imaginó que su tierra
resurgiría de las cenizas de la catástrofe y de la pobreza de un
territorio que quedó al margen del auge económico, nada menos
que a través de la cultura y el arte. Era un jurista y político
que, al año siguiente del sismo, se postuló con esta idea audaz.
Hizo un llamado al que respondieron artistas de fama
mundial, como Pietro Consagra, autor de la Stella, el monumento
que da la bienvenida al valle del Belice, y Alberto Burri, quien
creó su Cretto sobre la antigua Gibellina, en memoria del
terremoto que la destruyó.
También respondieron muchos otros, como Mario Schifano,
Andrea Cascella, Arnaldo Pomodoro, y Mimmo Paladino, cuya
Montaña de Sal se erige imponente, además de Franco Angeli y
Leonardo Sciascia, quien es ciudadano honorario.
El pueblo se convirtió en un enorme laboratorio de
experimentación y planificación artística.
Y, entre altibajos, mantiene la tradición: este verano, al
atardecer sobre el Cretto de Burri, se celebró un homenaje a
Danilo Dolci, en el centenario de su nacimiento, con un
espectáculo de Davide Enia para el Festival de las Orestiadas de
Gibellina.
A ese espíritu se conecta la candidatura y la asignación de
este reconocimiento, que proviene del gobierno y que, al estilo
de la figura de Bonaventura de Tofano, regalará 1 millón de
euros a los habitantes de Gibellina.
El jurado prefirió la propuesta del municipio siciliano
sobre las de las otras cuatro finalistas, entre 23 competidores:
Pescara, Carrara, Gallarate y Todi.
Es un pasado que vuelve y al que rinde homenaje el ministro
de Cultura, Alessandro Giuli, quien reconoce en la primera
Capital Italiana del Arte Contemporáneo un "proyecto orgánico y
sólido" que ofrece "a la Italia de hoy un modelo ejemplar de
intervención cultural fundado en valores y acciones que
reconocen el rol social del arte y el estatus de bien común para
la cultura".
El proyecto con el que Gibellina ganó se titula "Tráeme el
Futuro" y se desarrolla a través de "iniciativas relacionadas
con el arte y la creatividad contemporánea, desde la
planificación cultural hasta la regeneración urbana, la
restauración y, sobre todo, la construcción de una visión de
futuro que sepa considerar la belleza como un valor compartido y
regenerador".
A Corrao también le rinde homenaje el actual alcalde de
Gibellina, Salvatore Sutera, quien recibió la noticia con un
grito de júbilo que resonó en el salón del consejo. En Roma,
para la proclamación, Sutera, visiblemente emocionado, agradeció
primero al antiguo alcalde "visionario" y "luchador".
Pero sobre todo, envió un mensaje de esperanza "en este
momento de tantas catástrofes", para decir que "de los momentos
oscuros se puede renacer con una nueva identidad".
"La apuesta de papá sigue ganando hoy. Debemos crear puentes
que lleven emociones, confianza en el futuro y esperanza a las
personas", celebró también Francesca Corrao, hija de Ludovico,
quien llegó a Roma junto a su hermana Antonella para el anuncio
de la ciudad ganadora. (ANSA).