Por Enrica Battifoglia
(ANSA) - ROMA 31 OCT - Las guerras en curso en el mundo
podrían comportar el riesgo de una nueva carrera a las armas
nucleares, un rearme que podría tener como protagonistas,
principalmente, a los países más pequeños: pusieron en guardia
contra una posible escalada expertos que en Roma participaron en
la Conferencia Amaldi.
El encuentro, que desde hace décadas analiza la situación
internacional en lo que respecta a los armamentos atómicos, fue
organizado por la Academia Nacional de los Linces. la Academia
Nacional de Ciencias de Estados Unidos y el movimiento Pugwash,
la organización no gubernamental premiada con el Nobel de la Paz
en 1995.
"Los riesgos de las armas nucleares en tiempos difíciles"
fue el tema de la reunión, abierta por el reporte del presidente
de Pugwash, el científico y político iraquí Hussain
al-Shahristani.
"El tema principal fue el riesgo de que los conflictos
bélicos en curso puedan llevar a una escalada nuclear", dijo a
ANSA el físico Luciano Maiani del CERN (Organización europea
para la investigación nucelar), coordinador del grupo de trabajo
sobre "Seguridad internacional y control de los armamentos", que
para los Linces organizó la disertación.
Fueron cinco los puntos subrayados durante la cita. El
primero concierne a os posibles efectos que una guerra atómica
podría tener en el clima: "Se habla de ello, alrededor de 25
años, pero entonces se basava en modelos de atmósfera aún poco
confiables. Los modelos actuales -prosigue Maiani- permiten
tener un cuadro más preciso, tanto para poder drecir que un
conflicto nuclear produciría millones de toneladas de polvo de
humo e incendios. Estos luego serían liberados a la
estratosfera, donde formarían un velo que se expandiría por toda
la Tierra hasta oscurecer el Sol, en el llamado invierno
nuclear, con
extinciones masivas y pérdidas de cosechas.
El segundo punto tiene en cuenta la guerra en Ucrania: "Es
esta la que preocupa mayormente por el riesgo de una escalada,
con la incógnita de cuál podría ser la respuesta de Europa, que
seguramente sufriría daños", expresa el físico.
Mientras tanto Japón, Corea del Sur y Australia empujan para
la búsqueda de formas de comunicación directa, una suerte de
línea roja con Corea del Surpara evitar peligrosos malentendidos
y falsas señales que provoquen un ataque nuclear.
Entre las inquietudes mayores figura el temor de que
pequeños Estados busquen procurarse armas atómicas en una nueva
carrera al rearme y que puedan a los nueve que las tienen (vale
decir al grupo formado por Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña,
Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte).
Entre los interrogantes, finalmente, existe el que concierne
al tratado START, que desde 1991 permitió reducir las armas
nucleares de 70.000 a unas 2.000 y que deberá ser renovado en
2026": "Nos preguntamos -concluye Maiani- qué cosa sucderá".
(ANSA).