Por Laurence Figá-Talamanca
(ANSA) - ROMA, 01 NOV - El riesgo de una guerra regional en
Medio Oriente persiste, pues la respuesta de Israel al ataque
con misiles iraníes hace una semana no logró ningún equilibrio
entre los dos enemigos históricos.
Por el contrario, Teherán sigue amenazando con una nueva
represalia, ya aprobada por el ayatolá Ali Jamenei, que dio la
orden a las fuerzas iraníes de "prepararse" para atacar a
Israel.
Y el Estado judío, por precaución, ya dio el alerta.
Atacaremos "en el momento adecuado y del modo adecuado",
aseguró el asesor del Líder Supremo, Kamal Kharraz, a la
televisión libanesa proiraní Al Mayadeen, advirtiendo que la
República Islámica ha adquirido ahora "la capacidad de crear una
arma nuclear" y que sólo la "fatwa" de Jamenei prohíbe hacerlo
por ahora.
Sin embargo, advirtió además Kharraz, si el país se
enfrentara a una amenaza existencial, la doctrina nuclear
seguida hasta ahora podría cambiar.
Varias fuentes, tanto israelíes como iraníes, coinciden en
que la respuesta iraní podría producirse antes del 5 de
noviembre, fecha de las elecciones americanas.
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, aseguró al ministro de
Defensa, Yoav Gallant, que Estados Unidos está preparado para
defender a Israel y a sus socios en la región en caso de un
ataque iraní que, según Axios, esta vez podría comenzar desde
territorio iraquí.
Y la posibilidad de alcanzar rápidamente un alto el fuego
en el Líbano entre Israel y Hezbollah también parece haberse
desvanecido.
Los combatientes de las Fuerzas de Defensa de Israel
continuaron bombardeando el sur de Beirut y el resto del país,
provocando al menos 24 muertes en el valle de la Bekaa y otras
cuatro en la ciudad costera de Tiro sólo en las últimas horas.
"La ampliación del alcance de las incursiones israelíes en
el país confirma el rechazo del enemigo a todos los esfuerzos
por alcanzar un alto el fuego", lamentó el primer ministro
libanés Najib Mikati, a quien Estados Unidos pidió declarar un
alto el fuego unilateral.
Aún más drástico fue Nabih Berri, el poderoso presidente
del parlamento libanés, cercano a Hezbolá, que decretó como
"fracasada" la iniciativa estadounidense de tregua porque
-explicó- Benyamin Netanyahu rechazó la hoja de ruta acordada
entre Beirut y el enviado estadounidense Amos Hochstein.
El hombre del presidente Joe Biden se reunió con el primer
ministro israelí hace apenas dos días en Jerusalén y luego
partió hacia Estados Unidos.
Una fuente estadounidense lo había definido como un
encuentro "constructivo", pero, subrayó Berri, "Hochstein no nos
comunicó nada después de su salida de Israel", aunque "había
prometido" hacerlo si vislumbraba elementos positivos.
Hasta la fecha, un alto el fuego en la Franja de Gaza, con
implicaciones similares de responsabilidad entre Israel y Hamás,
todavía parece lejano: mucho más allá del plazo político que
Washington había fijado para la votación.
La facción islámica reiteró su oposición a discutir una
"breve tregua" a cambio de la liberación de algunos rehenes
hasta que "las necesidades de los palestinos" estén sobre la
mesa: es decir, el alto el fuego "total y permanente", la
retirada del ejército de Gaza, el regreso de los desplazados a
sus hogares y el fin del asedio a la Franja con la apertura de
los cruces.
Mientras, la guerra no cesa.
Los ataques nocturnos israelíes en la Franja dejaron al
menos 47 muertos, en su mayoría niños y mujeres, informó la
agencia de noticias palestina Wafa.
Al menos 10 personas murieron en un ataque al campo de
refugiados de Nuseirat.
La situación en el norte de Gaza "es apocalíptica",
denunciaron las agencias humanitarias de la ONU.
Todos sus habitantes corren "riesgo inminente de morir por
enfermedades, hambre y violencia". (ANSA).