Por Manuela Tulli
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 02 NOV - El dolor por los niños
no nacidos, el misterio de la muerte que afecta a los pequeños,
el desamor de los padres: el papa Francisco, en el día en que la
Iglesia conmemora a los difuntos, decidió recordar esas pérdidas
con una oración silenciosa.
Para este 2 de noviembre, en efecto, el Papa eligió
celebrar misa en el cementerio Laurentino de Roma y, como ya lo
hizo en 2018, la primera parada fue "El Jardín de los Ángeles",
la zona dedicada a la sepultura de fetos de abortos espontáneos
o provocados dentro del Cementerio Laurentino de Roma.
El Pontífice estaba acompañado, pero luego se quedó solo en
oración entre esas tumbas donde, en lugar de flores, hay
peluches y juguetes.
Un momento conmovedor que el Pontífice conservó incluso
después, durante la misa, en la que decidió no pronunciar la
homilía sino rezar en silencio.
En tanto, la única frase del día en las redes sociales para
dar esperanza fue: "En la Iglesia no hay luto que quede
solitario, no hay lágrima que se derrame al olvido, porque todo
respira y participa de una gracia común".
Ese mensaje, de que el dolor puede transformar si se vive
en comunión con los demás, es también el hilo conductor de unos
breves saludos en el cementerio, el de un joven padre que perdió
a su hijo y el de un grupo de madres, las "Chispas de la
Esperanza", unidos por la muerte de un hijo de la familia.
Ellas le entregaron al Papa un pañuelo blanco: "Es nuestro
cálido abrazo para él, un abrazo simbólico también de parte de
nuestros hijos", explicaron a los medios vaticanos.
Con silencio, el Papa vuelvió a subrayar el drama del aborto
que causa a las mujeres "un dolor indescriptible", como dijo a
una asociación hace unos días.
Luego, hablando en general de los padres que pierden a un
hijo, el propio Pontífice, en el video con las intenciones de
oración para este mes de noviembre, subrayó que "no hay
palabras".
En las oraciones de los fieles, durante la misa, volvió a
hablar también del tema de la paz y aprovechó la ocasión para
recordar a "las víctimas del odio, de las guerras y de la
violencia".
Unos centenares de fieles participaron en la celebración
del Papa en Laurentino, donde estuvo presente también el alcalde
de Roma, Roberto Gualtieri (ANSA).