Por Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - AMSTERDAM, 08 NOV - Países Bajos está bajo shock. En
la noche, luego del partido por la Liga de Europa entre el
Maccabi Tel Aviv y el Ajax, Amsterdam se transformó en un teatro
de violencia en el que "jóvenes con scooters" persiguieron a los
fanáticos israelíes, y los atacaron con palos y cuchillos.
"Puedo fácilmente comprender que el recuerdo se remonta a
los pogromos", comentó la alcaldesa Femke Halsema.
En total se contaron 5 aficionados trasladados a un
hospital, entre 20 y 30 contusos leves y unas 60 detenciones por
las fuerzas del orden en el curso de los enfrentamientos. Pero
podría haber sido peor. En un cierto momento corrieron versiones
que hablaban de rehenes, pero afortunadamente fueron desmentidas
por la policía.
El rey en persona, Guillermo Alejandro, llamó por teléfono
al presidente israelí, Isaac Herzog, para excusarse: "Fracasamos
como en los tiempos de la Shoah". Mientras, el primer ministro
neerlandés, Dirk Schoof, expresó "vergenza" y aseguró que "los
responsables serán procesados".
La policía de Amsterdam inició diversas líneas de
investigación para comprender qué es lo que realmente ocurrió.
El jefe, Peter Holla, en conferencia de prensa explicó que, "a
causa de una anunciada manifestación pro-Palestina en
concomitancia con la conmemoración de La Noche de los Cristales,
hemos previsto riesgos para el orden público y nos preparamos al
máximo". Sin embargo, no fue posible prevenir los choques, de
naturaleza "imprevista".
De opinión diferente, un aficionado llegado sangrante al
aeropuerto: "Hemos sido atacados en una emboscada... la policía
nos abandonó, no nos acompañó a los hoteles".
Ciertamente es que las persecuciones, las golpizas y las
imágenes de un joven en tierra obligado a gritar aterrorizado
"no soy judío" para buscar huir del linchamiento que permanecerá
por largo tiempo en su memoria.
Las primeras señales ya se vieron el miércoles cuando
aficionados del Maccabi, Fenerbah‡e y Ajax se enfrentaron en el
centro de la ciudad, "con pequeñas refriegas de ambos lados".
Algunos vídeos publicados en las redes sociales y relanzados por
los medios neerlandeses muestran, por ejemplo, a algunos ultras
israelíes entonando consignas contra Palestina. "Comenzaron a
atacar las casas de la gente con banderas palestinas colgando de
ellas y ahí es donde empezó todo", dijo a Al Jazeera el concejal
de un partido de izquierda en la ciudad de Ámsterdam, Jazie
Veldhuyzen.
"El comportamiento de ciertos fanáticos" del Maccabi Tel
Aviv "no justifica" la violencia que comenzó después, declaró
enérgicamente la alcaldesa Halsema, tanto más cuando las
primeras averiguaciones indicaron que los primeros agresores se
organizaron vía Telegram y luego se mantuvieron en contacto
mediante los celulares para encontrar a los fanáticos que
paseaban por el centro de Amsterdam, con acciones "atropello y
fuga" claramente definidas como "antisemitas".
El líder de los soberanistas neerlandeses, Geert Wilders -y
accionista mayoritario del gobierno-. tronó en X: "Nos hemos
convertido en la Gaza de Europa, musulmanes con banderas
palestinas cazando a los judíos, nunca lo aceptaré". Luego
telefoneó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu,
prometiéndole que haría todo lo posible para "detener y expulsar
a los radicales islámicos".
Netanyahu respondió que "el 86§ aniversario de la
Kristallnacht se celebró en las calles de Ámsterdam" pero que, a
diferencia de entonces, "el pueblo judío tiene ahora su propio
Estado".
El primer ministro envió inmediatamente dos aviones a los
Países Bajos para repatriar a sus compatriotas, mientras que el
nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, llegará en
los próximos días para una "visita diplomática urgente".
En Budapest, donde los líderes europeos se reunieron para el
Consejo informal, inmediatamente surgieron múltiples
declaraciones de solidaridad y condena. "El antisemitismo
rampante es inaceptable y aterrador y es nuestro deber
garantizar plena seguridad a los ciudadanos de la religión
judía", afirmó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, definió la
violencia como "intolerable", mientras que al presidente
francés, Emmanuel Macron, le recordó "las horas más oscuras de
la historia".
"Estoy indignada por estos ataques cobardes y estamos
decididos a luchar contra todas las formas de odio", manifestó
la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
(ANSA).