Por Claudio Salvalaggio
(ANSA) - WASHINGTON, 10 NOV - Salir nuevamente del acuerdo
climático de París, como prometió durante la campaña electoral:
esta es una de las órdenes ejecutivas (decreto) que Donald Trump
firmará el primer día de su toma de posesión.
El borrador ya está listo, confirmaron los asesores del
presidente electo al periódico The Wall Street Journal en
vísperas de la inauguración de la COP29 en Bakú, que arranca
mañana.
El prestigioso periódico revela también que su entorno
espera que el magnate "haga alarde del poder económico y militar
de Estados Unidos, intentando infundir miedo a sus rivales y
obtener mayores concesiones de sus aliados", navegando entre la
disuasión y el "acuerdo".
"Será un retorno a la paz a través de la fuerza. Se
restaurará la disuasión", dijo Robert O'Brien, ex asesor de
seguridad nacional de Trump, quien podría desempeñar un papel
importante en la administración entrante.
"Los rivales estadounidenses entienden que las cosas de
las que se han aprovechado durante los últimos cuatro años ya no
serán toleradas", añadió, mientras Trump ultima el plan de paz
para Ucrania y Oriente Medio (Benjamin Netanyahu ha hablado con
él en los últimos días tres veces y envió a su Ministro de
Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, a Mar-a-Lago).
Mientras tanto, Donald trabaja en su equipo de gobierno,
al tiempo que gana el séptimo y último estado indeciso de la
democrática Arizona (llegando a 312 electores finales, más que
Joe Biden en 2020). Y Bitcoin vuela por encima del umbral
psicológico de los 80 mil dólares, con la promesa del magnate de
hacer de Estados Unidos "la cripto-capital del planeta".
Trump quiere un gobierno de leales a MAGA, su eslogan de
hacer a Estados Unidos grande nuevamente. Así lo confirma el
post en Truth -su red social- con el que tachó los nombres de
dos de sus ex: Mike Pompeo, ex jefe de la CIA y de la diplomacia
estadounidense, que aspiraba al Pentágono, y Nikki Haley, que en
las primarias lo había desafiado hasta el final y a quien luego
prometió unirse a su equipo "en algún rol". "No invitaré a la ex
embajadora de la ONU Nikki Haley ni al ex secretario de Estado
Mike Pompeo a unirse a la administración Trump, que actualmente
está en formación. Aprecié mucho trabajar con ellos en el pasado
y me gustaría agradecerles por su servicio a nuestro país", los
despidió en su red social.
Ambos fueron vetados por el tribunal de MAGA, con un
aluvión de Donald Trump Jr (el hijo mayor del presidente electo
que forma parte del equipo de transición), el ex presentador de
Fox Tucker Carlson y el asesor de mucho tiempo Roger Stone, a
quien retrató como los dos "neoconservadores" y como potenciales
"quintas columnas siniestras".
Fuentes explicaron también que "existe el deseo de que
personas con ambiciones presidenciales no utilicen puestos
ministeriales como trampolín", además de que sus "visiones sobre
política exterior no están alineadas con las del presidente".
A partir de Ucrania. Trump mantiene cierto resentimiento
hacia Haley quien, a pesar de darle su respaldo, no le ahorró
críticas, hasta el punto de que incluso fue excluida de la
campaña final. Pompeo, sin embargo, había renunciado a
postularse, pero también había expresado algunas reservas,
aunque de manera más tibia.
Ahora entre los favoritos para el puesto de secretario de
Estado se encuentran el exdirector de Inteligencia Nacional
Richard Grenell y el senador Marco Rubio, quien podría ser
recompensado por su papel crucial entre los latinos, pero que
también podría pagar por no ser un verdadero MAGA sin manchas.
Para el Pentágono, un par de diputados ocupan la primera
posición: Michael Waltz, el primer "boina verde" en el Congreso
y ex asesor de la Casa Blanca y de los secretarios de Defensa,
Robert Gates y Donald Rumsfeld; y Mike Rogers, presidente del
Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes. Por
último, la líder de los republicanos en la Cámara, Elise
Stefanik, parece cada vez más cerca del nombramiento de
embajadora ante la ONU. (ANSA).