Por Enrica Battifoglia
(ANSA) - ROMA 10 NOV - Una investigadora trató con éxito el
cáncer de mama que padece utilizando una técnica que ella misma
desarrolló y se basa en dos virus que cultivó en el laboratorio.
Este camino "poco convencional", como ella misma lo define,
siguió la viróloga Beata Halassy de la Universidad de Zagreb, en
Croacia, quien en la revista Vaccine describe su caso como "algo
que no debe imitarse".
El resultado, del que también habla la revista Nature en
su sitio web, está suscitando un animado debate ético sobre la
autoexperimentación. Halassy descubrió en 2020, cuando tenía 49
años, que se había formado un nuevo tumor en el mismo sitio
donde anteriormente se había sometido a una mastectomía.
Ante esta recurrencia, la segunda, no se sintió capaz de
volver a afrontar la quimioterapia, pero no desistió. Decidió
tomar el asunto en sus propias manos y comenzó a estudiar la
literatura científica utilizando sus habilidades como viróloga.
Así que adaptó a su situación una terapia que apenas comienza a
probarse hoy, llamada viroterapia oncolítica. Ocurrió hace
cuatro años y el tumor no ha vuelto a aparecer desde entonces.
La viroterapia oncolítica es un campo emergente y utiliza
virus tanto para atacar las células tumorales como para
estimular el sistema inmunológico para que ataque el tumor.
Los ensayos clínicos que hasta ahora se han basado en
esta técnica, inicialmente realizados solo en tumores con
metástasis, ahora consideran también las etapas más tempranas de
los tumores.
Uno de estos ensayos clínicos, por ejemplo, está en marcha
en Estados Unidos sobre casos de melanoma. Sin embargo, no
existen pruebas para el cáncer de mama.
Lo que impulsó a Halassy a probar la técnica en ella
misma fue su experiencia en virología. Decidió lanzar dos virus
contra su tumor, uno tras otro: el virus del sarampión, seguido
de uno de los virus de la estomatitis vesicular, con los que la
investigadora había trabajado en el pasado y que se habían
utilizado en los experimentos iniciados en aquella época.
El preparado se inyectó directamente en el tumor durante
dos meses, durante los cuales los oncólogos vigilaron
constantemente la situación para intervenir con quimioterapia si
algo salía mal.
El tumor se fue reduciendo progresivamente sin efectos
secundarios graves, hasta que fue posible extirparlo
quirúrgicamente.
Posteriormente, la investigadora fue tratado durante un
año con un anticuerpo monoclonal. El análisis del tejido
tumoral, infiltrado por células inmunes llamadas linfocitos,
mostró que la terapia había funcionado con éxito.
Después de una docena de rechazos por parte de revistas
científicas, Hallasy logró publicar sus resultados. A pesar de
la polémica, la investigadora no se arrepiente de su elección y
cree poco probable que alguien intente imitarla porque la
terapia que descubrió en su laboratorio requiere una
considerable preparación científica.
Ahora ha obtenido financiación para probar su terapia
para tratar el cáncer en mascotas. (ANSA).