Por Silvana Logozzo
(ANSA) - TEL AVIV, 11 NOV - Apenas cinco días después de la
elección del nuevo presidente estadounidense, la maquinaria
diplomática internacional parece haberse acelerado para alcanzar
una tregua en el Líbano.
Israel, según el siempre bien informado Canal 12, está
considerando muy seriamente la posibilidad de un alto el fuego
-quizás limitado en el tiempo- con la organización chiita pro
iraní Hezbolá. El sábado por la tarde, el ministro más cercano
al primer ministro, Ron Dermer, se embarcó hacia Estados Unidos,
donde se espera que se reúna con el presidente electo, Donald
Trump, y sus asesores, en la primera reunión de un alto
funcionario de Jerusalén con miembros de la nueva
administración.
Aunque el nuevo ministro de Asuntos Exteriores israelí es
Gideo Sa'ar, que sucedió a Israel Katz, Dermer actúa como jefe
de facto de la diplomacia. Sobre la mesa en Washington, dicen
los comentaristas, estarán las guerras en Gaza y el Líbano, las
tensiones entre Israel e Irán y uno de los temas más cercanos al
corazón de Estados Unidos: la ampliación de los Acuerdos de
Abraham para promover la normalización entre Israel y los países
árabes.
Por su parte, Benjamin Netanyahu, en un vídeo grabado,
hizo saber que desde el día de las elecciones estadounidenses ya
ha hablado tres veces con Trump: "Estamos de acuerdo sobre la
amenaza iraní en todos sus componentes y sobre el peligro que
representa", afirmó.
Mientras tanto, por la noche, el gabinete de seguridad se
reunió para hacer un balance de los esfuerzos en curso para
lograr un alto el fuego en el País de los Cedros.
Mientras tanto, el de Dermer es el segundo viaje en pocos
días para tantear el terreno y urdir un complot con miras al fin
del conflicto en el frente norte: el ministro estuvo estos
últimos días, informó la radio militar, en secreto en Moscú para
representar los esfuerzos de Israel para detener los combates.
De hecho, Rusia es un actor importante en Siria, donde
residen varios sectores de Hezbolá que, entre otras cosas,
controlan la llegada de armas desde Irán. Las conversaciones
aparentemente se han prolongado durante más tiempo, dado que una
delegación rusa visitó Israel el 24 de octubre.
El sábado, funcionarios estadounidenses confirmaron a
Ynet que ha habido avances en las conversaciones para poner fin
a los combates entre Israel y Hezbolá: "Las posibilidades de una
solución están aumentando bajo el liderazgo de Amos Hochstein,
el enviado del presidente Joe Biden, y con el estímulo del
presidente electo Trump también se está haciendo un gran
esfuerzo para llegar a un pequeño acuerdo con los rehenes",
dijeron.
Varias fuentes estadounidenses estiman que Trump quiere ver
una solución en el Líbano incluso antes de asumir el cargo en la
Casa Blanca el 20 de enero y ha informado a la administración
Biden que espera avances hacia un alto el fuego.
Mientras tanto, la familia extendida de Trump está
operando en múltiples frentes: el consuegro del presidente
electo, padre del marido de Tiffany Trump, Massad Boulos (un
importante hombre de negocios libanés-estadounidense)
aparentemente está haciendo su parte en los programas de
pacificación de Oriente Medio. Pensando en ello, en septiembre
habló con Abu Mazen sobre la solución de dos Estados.
Sin embargo, un alto el fuego inmediato no convence a todos
en Israel: empezando por el líder del partido opositor Unidad
Nacional, Benny Gantz, según el cual el país debería ignorarse
la presión internacional y el ejército debería aumentar la
presión sobre Hezbolá.
"El principal objetivo en el norte es recuperar a los
residentes desplazados", "no debemos aceptar un alto el fuego
unilateral", argumentó. En este contexto, desde Beirut, el
ministro de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, dio a
conocer que el país está decidido a respetar la Resolución 1701
del Consejo de Seguridad y desplegará mayores fuerzas militares
en la zona sur.
Además, en estos momentos continúan las incursiones de las
FDI en el Líbano, no solo en el sur sino también en el norte de
la capital. En Siria, otro ataque mató a Salim Ayash, un alto
comandante militar de Hezbolá ya condenado por el Tribunal de La
Haya por el asesinato del primer ministro libanés Rafik al
Hariri en 2005. (ANSA).