Por Antonio Fatiguso
(ANSA) - PEKIN, 13 NOV - El presidente italiano, Sergio
Mattarella, cerró en Cantón su visita de Estado de seis días a
China, la segunda luego de la de 2017.
La visita resultó un éxito y resultó una oportunidad para
limar las asperezas que habían quedado por la salida de Italia
de la Nueva Ruta de la Seda (BRI) y por el voto en favor de
impuestos de Bruselas a las importaciones de autos eléctricos
Made in China.
De hechos, hubo una consolidación hasta "infundir energía
más dinámica en la relaciones bilaterales para un nuevo punto de
partida", sobre la base de los juicios expresados por el
presidente Xi Jinping en la cumbre del viernes en la solemnidad
del Gran Salón del Pueblo.
La cultura es el factor que marca dos civilizaciones
milenarias, ligadas por los puentes construidos entre Oriente y
Occidente por figuras como Marco Polo (del que este año se
cumplen 700 años de su muerte) y Matteo Ricci: con el respeto
recíproco y la comprensión, ayuda a evaluar el pasado, ver el
presente y pensar en el futuro.
Mattarella, con sus interlocutores, puso el acento en las
perspectivas de las relaciones a todos los niveles, ofreciendo
la síntesis del diálogo de hoy en Cantón con la comunidad
empresarial italiana.
"La apertura mutua de los mercados crece con igual
conveniencia y con una ventaja para todos los países de la
Unión" europea.
Pero hay que garantizar la igualdad de condiciones y la
"eliminación de los obstáculos" que aún existen, observó el
presidente italiano, ante la inminencia de la carga de deberes
prometida por la administración Trump '2.0'.
"Hemos insistido ampliamente en este principio con interés
mutuo, recibiendo algunas garantías que esperamos se desarrollen
pronto", informó el jefe de Estado a la nutrida delegación de
representantes en China de empresas como Eni, Enel, Intesa y
Bracco.
Entre Italia y China existe "una intensidad e relaciones que
pretendemos desarrollar. Hemos centrado la voluntad de
intensificar ulteriormente" visto que hay "excelentes lazos bajo
cada perfil".
Y esa relación está "acompañada del deseo de promover, como
miembro fundador protagonista de la Unión Europea, la
intensificación del vínculo UE-China" gracias al "clima de
amistad registrado y claramente surgido en las conversaciones
políticas".
Una postura "de claridad", que le fue reconocida, que hizo
de Mattarella una referencia para China en una Europa exenta de
la tracción franco-alemana, también cuando el jefe de Estado
auspició que las diferencias no sean obstáculo en la
confrontación porque colocarse uno frente al otro es un método
fecundo.
Por supuesto, "existe la necesidad de reequilibrar la
relación importación-exportación, una necesidad que subrayamos
varias veces en las reuniones" que tuvimos, porque las economías
de China e Italia presentan una increíble posibilidad de
crecimiento y ayuda mutua en altas tecnologías.
"Las inversiones italianas en China siguen creciendo y el
gobierno las apoya. Sin embargo, las inversiones chinas en
Italia son mucho menores".
Hay que buscar un "reequilibrio", añadió el jefe de Estado,
agradeciendo a los empresarios y a los directivos "por lo que
hacen y les aseguro que la República está siempre cerca de
ustedes. A través de vuestro trabajo, la amistad entre China e
Italia se materializa".
La visita de Mattarella, a pocos meses de aquella de la
premier Giorgia Meloni y cubierta con extraordinaria atención
por los medios estatales chinos, cimentó la ligazón entre
presidentes, con Xi que lo recibió diciendo "luego de siete
años, usted es bienvenido a realizar otra visita de Estado a
China" como "viejo amigo del pueblo chino y un buen amigo mío".
Palabras llenas de significado, mucho más allá del austero
protocolo de la diplomacia mandarín.
El jefe de Estado habló de "plena sintonía y convergencia
de valoraciones en lo que respecta a la voluntad de paz, el
multilateralismo y la apertura de las relaciones económicas".
A Xi pidió hacer pesar su influencia sobre Vladimir Putin y
poner fin a la agresión rusa en Ucrania, reflejo de la creciente
responsabilidad del Dragón hacia la comunidad internacional.
(ANSA).