Por Nina Fabrizio
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO 12 NOV - "La pobreza absoluta en
Italia afecta a 5 millones 694 mil personas, casi una décima
parte de la población. El trabajo pobre e intermitente está muy
extendido, con salarios bajos y contratos atípicos que impiden
una vida digna. Los jóvenes y las familias con niños son los
grupos más vulnerables. Las dificultades en materia de vivienda
representan una emergencia, ya que las familias se encuentran
sin hogar o en condiciones de vivienda inadecuadas. El acceso a
la educación y a las nuevas tecnologías se convierte en un
espejismo para segmentos cada vez mayores de la población, lo
que alimenta las desigualdades".
Este es el resumen que se desprende del Informe 2024 sobre
la pobreza y la exclusión social de Cáritas italiana, este año
titulado "Brizas de hierba en las grietas. Respuestas de
esperanza". Y otro dato del dossier publicado con vistas a la
Jornada Mundial de los Pobres instituida por el papa Francisco,
nos hace reflexionar: hoy en Italia el número de familias pobres
de las regiones del Norte supera al del Sur e Islas.
"De 2014 a 2023 -se lee- el número de familias pobres
residentes en el Norte prácticamente se duplicó, pasando de 506
mil hogares a casi un millón (+97,2%); si se mira al resto del
país el crecimiento fue mucho mayor contenido, +28,6% en las
zonas del Centro y +12,1% en las del Sur (el dato nacional es
+42,8%)".
Sin embargo, la pobreza aumenta constantemente en nuestro
país, ya que los datos de pobreza absoluta "aumentan ligeramente
con respecto a 2022 a nivel familiar y se mantienen estables a
nivel individual", pero "siguen siendo los más altos de la serie
histórica y no muestran signos de disminuir". Por lo tanto, los
problemas crónicos aumentan la pobreza y las dificultades. Un
escenario en el que una importante innovación viene representada
por el impacto de las nuevas medidas de apoyo introducidas para
sustituir la Renta de Ciudadanía.
El análisis de Adi y Sfl, sin embargo, no es positivo para
Cáritas que, desde las páginas del informe, pide volver a
medidas universalistas más capaces de impactar en la pobreza
absoluta. "Ahora el Adi (recibido hasta la fecha por 697.640
familias) -leemos- está destinado únicamente a familias con
personas no empleables, como menores y personas discapacitadas,
mientras que el Sfl está reservado para aquellos que se
consideran empleables y requieren cursos de formación para la
reinserción laboral. Esta distinción redujo a la mitad el número
de familias alcanzadas en comparación con la RdC", produciendo
"331.000 núcleos de éxodos".
El apoyo a la formación y al trabajo "destinado a la
reinserción laboral a través de cursos de formación -afirma el
dosier- demostró un impacto reducido, con pocas personas
involucradas y cursos de corta duración (3-4 meses promedio),
insuficientes para garantizar una reinserción efectiva en el
mercado laboral". Caritas expresa especial "alarma" por la
pobreza infantil y el fenómeno de los llamados trabajadores
pobres.
"La incidencia de la pobreza absoluta entre los menores hoy
está en su punto más alto -leemos-, equivalente al 13,8%: el
valor más alto de la serie reconstruida por el Istat (fue del
13,4% en 2022) y de todos los demás grupos etários". En total,
"hay 1 millón 295 mil niños pobres: casi uno de cada cuatro
pobres es menor de edad". Entre los trabajadores, se evidencia,
"la pobreza entre quienes tienen un empleo sigue creciendo a un
ritmo preocupante. En conjunto alcanza al 8% de los ocupados
(fue el 7,7% en 2022), aunque existen marcadas diferencias según
la categoría de los trabajadores; si se tiene un cargo como
dirigente, directivo, o empleado la incidencia baja al 2,8%,
mientras que salta al 16,5% si se desarrolla un trabajo como
operario o asimilado (del 14,7% de 2022). Este último en
particular es un hecho alarmante -se subraya-, un signo
emblemático de una debilidad del trabajo que deja de ser un
factor de protección y protección social". (ANSA).