Por Michele Esposito
(ANSA) - BRUSELAS 14 NOV - Fecha marcada en rojo: 20 de
noviembre. Objetivo prioritario: llegar allí con Ursula von der
Leyen todavía al mando. La sensacional ruptura sobre los
nombramientos en la Unión Europea ha abrumado a la Comisión,
hundiendo el momento de la coronación del nuevo ejecutivo
comunitario en una nube de profunda incertidumbre.
Con el paso de las horas, los duelistas, tanto populares
como socialistas, no parecen dar paso atrás y la impresión es
que, antes de la próxima semana, las cosas no cambiarán. En este
punto, las aguas podrían agitarse ante todo por una iniciativa
de los principales líderes de la UE: desde Pedro Sánchez hasta
Emmanuel Macron, pasando por Giorgia Meloni y Olaf Scholz.
Llamado a un acuerdo político para una persuasión moral decisiva
sobre los grupos del Parlamento. Grupos que parecen incapaces de
repararse.
Llegar al próximo miércoles en estas condiciones, cuando
la conferencia de presidentes se reunirá en la Cámara Europea
mientras la española Teresa Ribera informará al Parlamento sobre
las inundaciones de Valencia en Madrid, parece difícil. Si en
Roma el presidente de la República, Sergio Mattarella, optó por
Raffaele Fitto, en Bruselas el problema no es tanto del
candidato italiano. El dilema está en Ribera y en los populares
que hasta ahora han seguido a la delegación ibérica en su ataque
sin cuartel contra los fieles del presidente Sánchez.
En las votaciones de la comisión competente, Fitto tendría
los números para pasar a la tercera votación, la secreta con
mayoría simple: pasaría sin el sí de los socialistas y con el
apoyo de la extrema derecha, pero pasaría. Sin el sí del PPE,
Ribera no tiene mayoría posible. Y entre los socialistas no hay
duda de un punto: "Si se va Ribera, se va Ursula".
A todo esto hay que añadir el caso de Oliver Varhelyi, el
candidato húngaro al que el S&D (Socialistas y Demócratas) y
Renew (Renovación) quisieran haber despojado de algunas
delegaciones y que todavía espera la respuesta del PE a su
audiencia. Mientras tanto, la mayoría de Ursula sigue dividida
en la Cámara. Lo hizo con motivo de la votación sobre el
aplazamiento de las medidas sobre la deforestación, donde las
enmiendas del PPE y el texto final fueron aprobados con el "no"
de los socialistas y gracias a la mayoría venezolana (populares,
Patriotas, ultraderechistas AfD) y a una buena parte de
Renovación, que obtuvo la aceptación de sus propuestas.
La votación ha envenenado aún más el clima. La Presidenta
de la Cámara Europea, Roberta Metsola, había intentado poco
antes actuar como bombero, recordando que para la formación de
la nueva Comisión - la votación en el Pleno será el 27 de
noviembre - "todavía hay tiempo" y "la Cámara toma esto muy en
serio, con gran responsabilidad". Von der Leyen parece congelada
en su silencio. Pero, explican fuentes parlamentarias, solo
tomando la iniciativa podría intentar resolver el impasse.
Quizás con una declaración en la que afirme en blanco y
negro que la Comisión se moverá dentro de la mayoría formada por
socialistas, populares y liberales. Von der Leyen tendrá que
moverse, los líderes ya se están moviendo sus piezas. Los
rumores parlamentarios se refieren a una videollamada el
miércoles por la noche - interlocutoria y de tono poco sereno -
entre Sánchez, Scholz, Manfred Weber y Macron.
Mañana en Múnich se reunirán el canciller italiano
Antonio Tajani y el propio Weber. La presión sobre el líder del
PPE para que abandone la ofensiva del Partido Popular podría
aumentar. Permanecer firme en sus posiciones podría resultarle
costoso. A los líderes de los grupos del Parlamento Europeo, a
la propia Von der Leyen, que nunca habría imaginado un
resurgimiento de posibles perfiles alternativos a ella a un paso
de la meta.
"Quien no está preocupado está ciego", es la observación
que circula actualmente por los pasillos del Berlaymont. La UE
arde. (ANSA).