Por Silvia Gasparetto
(ANSA) - ROMA 13 NOV - La llamada telefónica con "el amigo"
Elon Musk llega esta tarde, luego de un silencio interrumpido
únicamente por aquel que "escuchamos siempre con gran respeto"
las palabras que llegan del Colle, filtradas por Palacio Chigi.
Son horas de incomodidad, parra la mayoría y para Giorgia
Meloni, que lidia en estas horas con otros temores, que no
provinenen solamente del cambio de administración en Washington
-con la que necesitará abrir un nuevo diálogo-, sino el impasse
que bloquea la nueva comisión en Bruselas, y con ella el
nombramiento de Raffaele Fitto como vicepresidente ejecutivo.
El patrón de Tesla puede haber entrado en los asuntos
italianos con la pierna recta -y muchos, incluso entre los
melonianos, se preguntan el motivo de tanto activismo que
"ciertamente no beneficia al gobierno"-, pero por ahora, es la
defensa oficial, es un simple "ciudadano" (copyright de la
propia Meloni, que ya fue consultada en Budapest sobre Musk) y
"no tiene ningún papel en el gobierno".
Más adelante, cuando realmente forme parte de la nueva
administración estadounidense, el razonamiento es: ya veremos,
se tomarán medidas. Mientras tanto, es mejor mantenerse al
margen del acalorado conflicto por las intervenciones del
magnate en las redes sociales, en las que intervino Sergio
Mattarella con palabras que alguno en FDI "suscribe" porque,
como recuerdan los lugartenientes de la primera ministra, las
"injerencias extranjeras" nunca han al partido y es un concepto
que "es válido siempre y con cualquiera".
La mano derecha de la primera ministra, Giovanbattista
Fazzolari, habla de "gobiernos" pero también de "ONG, grandes
medios de comunicación". Casos, conocidos con cuadernos cerrados
por más de un parlamentario, en los que la voz del Colle no fue
escuchada.
Sin embargo, admiten los melonianos, Musk tal vez exageró un
poco, especialmente cuando habló de "autocracia". Un concepto
que, según quienes lo escucharon más tarde, también habría sido
el tema de la llamada telefónica de la tarde entre la primera
ministra y Musk. Meloni habría reiterado directamente al
propietario de Starlink y SpaceX que la "interferencia" en los
asuntos internos de otros Estados no es apropiada. Frases que no
pronuncia en público, precisamente, porque el equilibrio es
delicado y debe recomponerse todo de aquí hasta el regreso de
Donald Trump a la Casa Blanca.
Entre tanto, mejor no sobreexponerse a nivel internacional,
sobre todo mientras el proyecto de tener un lugar en primera
fila en el equipo de Ursula bis hora en hora está siempre más en
peligro. La situación que le narran los suyos es de una
voltereta mucho más compleja de lo que se esperaba, cómplice
además la "guerra" interna española. Que es, por otra parte,
admite la mayoria, especular en aquello que se esta consumando
en Italia.
Y justamente el "soberanismo" en fase alterna del PD (que
pide al gobierno rechazar los ataques de Musk pero quiere
"disparar a Fitto") es el objetivo del partido de la primera
ministra. Es poco probable, predice un veterano del Parlamento,
que el juego se resuelva pronto, "no antes del lunes", cuando
habrá pasado la última vuelta de las elecciones administrativas.
(ANSA).