Por Alberto Zanconato
(ANSA) - MOSCU, 14 NOV - Un ciudadano italiano de 30 años se
encuentra encarcelado en Rusia desde el pasado mes de
septiembre, con un cargo que podría costarle una pena de hasta
20 años de prisión, que es el de tráfico de drogas, pues intentó
intentado entrar en el país llevando consigo 170 gramos de
hachís.
El episodio, ocurrido hace aproximadamente dos meses, recién
ahora ha sido dado a conocer por la aduana rusa.
El caso lo sigue el consulado italiano en San Petersburgo.
De hecho, el italiano había sido bloqueado en la provincia
de Pskov, limítrofe con la de la ciudad báltica, en una
operación llevada a cabo por las fuerzas regionales del servicio
federal y de seguridad fronteriza.
El italiano, según la aduana, procedía de Letonia y entraba
a Rusia en motocicleta desde el paso fronterizo de Ubylinka.
Según la reconstrucción de las autoridades rusas, durante la
inspección de su equipaje se encontró una caja que contenía
frutos secos y dos ladrillos de una sustancia plástica de color
verde y marrón que, tras las primeras pruebas in situ, revelaron
la presencia de estupefacientes.
"Un examen posterior confirmó que los ladrillos contenían
hachís", añade la aduana, subrayando que en el mercado negro
ruso la venta del estupefaciente podría generar "hasta medio
millón de rublos", es decir, unos 5.000 euros al tipo de cambio
actual.
La detención fue validada sobre la base del artículo 229.1
del Código Penal ruso, relativo al "contrabando de drogas a gran
escala".
Un delito que puede castigarse con penas de prisión de hasta
20 años.
Sin embargo, no se precisó en qué punto se encuentra el
proceso judicial, ni dónde se encuentra ahora el italiano.
A pesar de las tensiones relacionadas con el conflicto en
Ucrania y del hecho de que Italia está designada por Rusia como
país hostil (o más bien "no amigo", según la definición
oficial), los italianos que residen en Rusia o que están de paso
no sufrieron hasta ahora represalias por parte de las
autoridades locales.
El único problema con la justicia rusa para un ciudadano
italiano antes del último episodio se remonta a junio de 2023,
cuando, en los caóticos días que siguieron al motín del
comandante del Wagner, Yevgeny Prigozhin, un directivo italiano
de vacaciones en Moscú fue detenido por detención de narcóticos.
En el coche en el que viajaba se encontró una modesta
cantidad de mefedrona, un estimulante con efectos similares a la
cocaína.
El hombre quedó en libertad condicional e inmediatamente
abandonó Rusia sin problemas para regresar a Abu Dabi, donde
vivía.
Sin embargo, en agosto pasado, un ciudadano ítalo-argentino
que pasaba por allí fue detenido por volar un dron en el centro
de Moscú, cerca del Kremlin, violando las normas de seguridad
vigentes. El hombre, acusado únicamente de una infracción
administrativa y no de un delito penal, fue liberado poco
después y abandonó Rusia. (ANSA).