(ANSA) - ROMA, 15 NOV - "Cuando dejé de dirigir, sabía que
sólo volvería a hacerlo en la Roma o si Cagliari me necesitaba y
hoy estoy de regreso en la casa paterna porque antes de ser
entrenador, soy fanático de la Roma", afirmó Claudio Ranieri
durante su presentación en el inicio de su tercer ciclo como
técnico del "giallorosso".
En sus primeras declaraciones tras asumir el cargo que ocupa en
reemplazo del despedido croata Ivan Juric y que ocupará hasta
mediados de 2025, para luego convertirse en dirigente del club
de la capital, Ranieri apeló a lograr una necesaria "comunión"
entre los aficionados de la Roma y el plantel, en un intento por
recomponer una relación que hoy parece rota.
"Como fanático les pido a los aficionados que estén cerca porque
jugar de locales con un público que nos silba es lo más difícil
que te puede suceder", explicó el DT, de 73 años, al augurar que
"los simpatizantes y el equipo sean una sola cosa porque estamos
en una familia integrada por los futbolistas, el cuerpo técnico,
los dirigentes, los empleados y los hinchas".
Convocado para descomprimir la tensión y tratar de enderezar el
rumbo de una Roma que marcha duodécima en el campeonato con 13
unidades, a cuatro de la zona de descenso (aunque cinco equipos
de por medio), Ranieri reconoció: "No tenemos tiempo para
cometer más errores y por eso nuestra misión es que los
fanáticos vengan al estadio y vuelvan a casa satisfechos".
Roma, que logró cuatro victorias y tres empates y sufrió cinco
derrotas en el ciclo de Juric que se inició en septiembre tras
la salida de Daniele De Rossi, un ídolo de la casa, tratará de
aprovechar el receso por la doble fecha FIFA para incorporar la
idea de juego del nuevo entrenador pues en el horizonte aparecen
Napoli, líder del campeonato, y Atalanta, además de Tottenham
Hotspur, en la Europa League.
"He evaluado cuáles son los objetivos y no descarto ninguno,
aunque sé de las dificultades que atravesamos. De todos modos,
son una persona positiva y voy a darlo todo, como espero que lo
hagan los demás porque no acepto ver rostros de preocupación en
aquellos que van a trabajar. Somos afortunados de haber elegido
esta profesión y eso nos obliga a trabajar con una sonrisa",
explicó.
En esa tarea de recomponer la relación entre los aficionados y
el plantel, Ranieri afirmó: "No silben a los jugadores. Cuando
terminen los partidos, yo me dirigiré hasta la tribuna y
entonces sí, pueden silbarme a mí si sienten que lo merecemos.
Al equipo, eso sí, le exigiré dar siempre el 120 por ciento,
porque con el 80 por ciento hoy y aquí, no alcanza".
Sobre los posibles regresos a la Roma de De Rossi y de Francesco
Totti, otro símbolo del club, respondió: "Yo no le cierro la
puerta a nadie, pero hoy la misión es llevar al equipo más
arriba. Después, en todo caso, puedo hablar con Francesco para
ver cómo puede darnos una mano, pero eso no significa que por
fuerza volverá".
Sobre la posibilidad de considerar el regreso de De Rossi como
entrenador del plantel o aconsejar su vuelta una vez que deje el
cargo para convertirse en dirigente y consultor de la Roma,
aclaró: "No hablé con (Dan) Friedkin (uno de los propietarios
del club, Ndr) sobre ese tema, pero con Daniel hablamos y
hablaremos en estos días porque lo considero una gran persona y
un gran entrenador".
Sobre su charla con Friedkin, explicó: "Hablamos cara a cara y
me dejó con la boca abierta porque quiere mucho a este club y si
me convocó es porque admitió que se cometieron errores. El está
decepcionado porque invierte mucho dinero y los resultados no se
ven. Ahora, me dio carta blanca para devolver a la Roma a lo más
alto. Ahora me toca a mí hacerlo".
"Seré el hombre cercano a la familia Friedkin y trabajaremos
juntos con el objetivo de ayudar a la Roma a estar siempre
peleando arriba. Dan quiere un equipo y un club serio y ellos
están haciendo bien las cosas", agregó al destacar: "Estamos
acostumbrados a que las cosas se resuelvan de modo piramidal,
pero los Friedkin toman decisiones de modo horizontal".
Un tema aparte fue la situación del campeón mundial argentino
Paulo Dybala, quien en el pasado mercado de pases rechazó una
oferta millonaria para seguir en la Roma y le preguntaron a
Ranieri si los propietarios del club le pidieron no hacerlo
jugar para no activar la cláusula de renovación automática de su
contrato.
"Es lo primero que le pregunté a Friedkin. Pero yo haré lo que
me parezca mejor para el equipo más allá de las cláusulas. Así
se lo hice saber porque esas decisiones son solamente mías y lo
aceptaron porque si no, no estaría hoy aquí", aclaró.
Lo que no dejó claro es qué módulo tiene pensado para esta Roma,
pero sonrió cuando prometió no volver a hacer jugar al español
Angeliño entre los tres zagueros centrales y también se refirió
al caso del alemán Mats Hummels, campeón mundial en Brasil 2014,
a quien Juric no solía tener en cuenta y dijo al respecto: "No
veo por qué no debería jugar".
Antes de despedirse, Ranieri pidió a los cronistas presentes ser
"muy claros al reproducir mis declaraciones para no atribuirme
cosas que no he dicho, como por ejemplo cuando se habló de 'un
hueso duro de roer' hace algunos días, que no fueron palabras
mías sino una pregunta de un periodista de ANSA", recordó.
El tercer ciclo de Ranieri en Roma ya está en marcha. (ANSA).