Por la enviada Silvia Gasparetto
(ANSA) - RIO DE JANEIRO, 17 NOV - Debía ser un G20 que, en
continuidad con el G7 italiano, no una "fortaleza", siguiera en
la apertura y el diálogo con todos, empezando por el Sur Global.
Una prioridad para Giorgia Meloni, que había encargado a los
sherpas que promovieran la experiencia italiana, empezando por
el plan de lucha contra la pobreza, a la altura de la Alianza
lanzada por Luiz Inacio Lula da Silva, que Italia se dispone a
firmar.
Pero las dos guerras -y Ucrania sobre todo a la luz de los
fuertes ataques rusos a las infraestructuras civiles que
confirman la falta de voluntad del presidente, Vladimir Putin,
de buscar la paz-, complican las negociaciones para llegar a una
declaración final que pueda ser firmada por todos.
Ahora crece el temor a una ruptura -para una cumbre que ya
tiene que contar con la esperada llegada de Donald Trump a la
Casa Blanca-, a pesar del trabajo diplomático que se prolongó
hasta altas horas y continuará por la noche.
El objetivo, explicaron fuentes italianas, es "intentar
mantener un equilibrio" en la línea del G20 indio del año
pasado, siempre difícil en el contexto de los 20 con la
presencia de los directamente implicados -para Moscú en Río
estará el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov. Pero es
evidente la diferente sensibilidad respecto a los países del G7-
que sobre "iniciativa" de la premier reiteraron su apoyo a Kiev
a 1.000 días del inicio de la guerra.
Ahora habrá que valorar, uno de los argumentos entre los
diplomáticos, "hasta qué punto tomar nota de las violaciones de
los compromisos adquiridos en India", donde quedó claro el
rechazo a los ataques contra infraestructuras civiles. También
planea sobre las negociaciones la decisión de Estados Unidos de
permitir a Kiev el uso de misiles de largo alcance en territorio
ruso.
Además de las guerras, la fiscalidad mundial está encontrando
también algunas dificultades, esta vez debido a la oposición a
la propuesta de Lula por parte del presidente argentino, Javier
Milei, que tiene un enfoque ultraliberal de la economía que
incluso se reflejaría en la oposición de Argentina a dar nuevas
herramientas para el empoderamiento de la mujer.
Sin embargo, ya hay cierta satisfacción en la delegación
italiana. Empezando precisamente por el enfoque dirigido al
"diálogo" entre el G7 y el G20, por el llamamiento que debería
figurar en la declaración final a un enfoque "ético" de la
inteligencia artificial que no debe ser un "elemento más de
brecha" con el Sur Global, por las condiciones del libre
comercio (suavizadas respecto a las conclusiones del G7 también
por la presencia de China en la mesa), por la lucha contra la
pobreza que permite también "potenciar el Plan Mattei para
Africa".
Para Meloni, el primer día en Río estuvo marcado por la
reunión bilateral con Lula, con quien Italia pretende actualizar
el Plan de Acción de Asociación Estratégica Italia-Brasil.
"Habló también de fútbol", bromeó el ministro de Economía,
Giancarlo Giorgetti, luciendo una camiseta del Flamengo, el
equipo de fútbol local, para acompañar a la premier en una
visita privada por la ciudad. Con la delegación italiana y su
hija Ginevra, la jornada terminó para Meloni en el Cristo
Redentor, símbolo de Río. (ANSA).