Por Paolo Manzo
(ANSA) - RIO DE JANEIRO, 19 NOV - La policía federal
brasileña detuvo a un general del ejército, tres militares y un
agente federal, acusados de haber preparado un plan, entre
noviembre y diciembre de 2022, para matar al presidente Luiz
Inácio Lula da Silva y a su adjunto Geraldo Alckmin
envenenándolos, antes de su toma de posesión en enero de 2023.
Dos de ellos fueron capturados en Río de Janeiro, donde,
según los investigadores, formaban parte incluso del servicio de
seguridad del G20. Noticia, sin embargo, desmentida por el
ejército.
El general detenido es Mário Fernandes, ex secretario
ejecutivo de la presidencia de la República en el gobierno del
ultraconservador Jair Bolsonaro. Los otros militares pertenecían
al cuerpo de los llamados 'kids pretos', las fuerzas especiales,
que cuentan con solo 2.500 miembros, entrenadas para actividades
guerrilleras y antiterroristas.
El grupo -según la investigación- también planeaba matar al
juez del Tribunal Supremo de Brasil, Alexandre de Moraes, el
magistrado que más que nadie puso en la parrilla a Bolsonaro y
sus partidarios
Un documento incautado durante la operación y titulado "daga
verde-amarilla" revela que se deberían haber utilizado armas,
bombas y veneno para los ataques, que deberían haber tenido
lugar durante un acto público.
Además, según el plan, con la muerte de Lula y los otros dos
objetivos, los militares habrían creado un gabinete de crisis
liderado por los generales Augusto Heleno, entonces jefe del
Gabinete de Seguridad Institucional, y Walter Braga Netto,
exministro de Defensa.
Según las reconstrucciones, el plan de ataque también fue
fotocopiado por el general Fernandes dentro de una oficina del
palacio presidencial de Planalto, pero Bolsonaro -al menos por
el momento- no está involucrado. (ANSA).