Por Patrizia Antonini
(ANSA) - RIO DE JANEIRO, 19 NOV - En vísperas de la toma de
posesión de Donald Trump en la Casa Blanca, y en un escenario de
conflictos e incertidumbre geopolítica, el G20 en Río expresó
hoy un claro rechazo a la receta de aranceles y proteccionismo
del magnate estadounidense.
Una cumbre que el presidente chino, Xi Jinping, ha utilizado
para buscar nueva influencia entre los aliados de Washington en
Europa y Sudamérica y establecer un escudo contra las agresivas
políticas comerciales prometidas por el Trump 2.0.
Una tesitura, la de Xi, que ha encontrado la disponibilidad
de numerosos interlocutores, desde Olaf Sholz hasta Emmanuel
Macron, de Javier Milei a Inacio Lula da Silva, dado que las
indicaciones del presidente electo no solo amenazan con imponer
aranceles del 60% a las mercancías procedentes del Dragón, sino
también a los bienes provenientes del resto del mundo con
aranceles del 10 o 20%, en un resurgimiento de las medidas que
ya afectaron al acero y al aluminio en la Unión Europea durante
la primera administración Trump.
Y ante esto, los 27 intentan hacer más competitivas sus
economías, en un "gran desafío", como lo definió la primera
ministra italiana, Giorgia Meloni, mientras el acuerdo de libre
comercio UE-Mercosur parece nuevamente más lejano.
Para permitir que "el comercio y la inversión desarrollen
todo su potencial y actúen como motores del crecimiento y la
prosperidad mundiales", afirmaron los líderes del G20 en su
comunicado final, "necesitamos un sistema comercial multilateral
basado en normas, no discriminatorio, justo, abierto e
inclusivo, sostenible y transparente, cuyo núcleo sea la
Organización Mundial del Comercio (OMC)".
Una arquitectura con "igualdad de condiciones y competencia
leal, en consonancia con las normas de la OMC". En definitiva,
un manifiesto contra la deriva trumpiana.
Pero más allá de las declaraciones, los líderes también se
comprometieron de forma más pragmática en una ronda de
encuentros bilaterales, especialmente el hiperactivo Xi,
decidido a tomar medidas frente a las crecientes preocupaciones
por las políticas estadounidenses.
Al canciller alemán, Olaf Scholz, los chinos le pidieron
ayuda a Bruselas para deshacer cuanto antes el nudo de los
aranceles sobre los coches electrónicos fabricados en China,
asegurando que China "está dispuesta a trabajar con Alemania
para consolidar la asociación estratégica global".
Con el francés Emmanuel Macron compartió el deseo de ver
"una paz duradera en Ucrania", mientras que con el argentino
Javier Milei -quien, en una foto publicada en la red social X,
claramente destacó la distancia con Lula y "los comunistas" y su
abrazo con Trump- el mandarín "abordó cuestiones relevantes para
las relaciones bilaterales, incluida la cooperación constructiva
y la ampliación de las relaciones comerciales".
Luego, por la tarde, Xi vio al presidente brasileño en la
capital. A diferencia del protocolo habitual, según el cual las
visitas de los dirigentes a Lula da Silva tienen lugar en el
Palacio de Planalto, esta vez, a petición de la seguridad de
Pekín, la reunión se celebró en la residencia oficial de
Alvorada.
Una oportunidad para firmar acuerdos bilaterales, memorandos
y acuerdos de cooperación con los miembros del club BRICS en
diversos sectores, como la industria automotriz, la agricultura,
el comercio y la industria. (ANSA).