(ANSA) - ROMA 19 NOV - La FAO, la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, con sede
en Roma, enciende un alerta, otro más: se producen más alimentos
en el mundo, pero los desnutridos aumentan a 733 millones.
Lo revela el anuario estadístico 2024 de la organización,
que denuncia que los sistemas agroalimentarios están bajo
presión. Es que la producción de alimentos ha seguido
creciendo, pero el hambre sigue siendo un problema persistente.
En 2023, una media de 733 millones de personas estaban
desnutridas, aproximadamente 152 millones más que en 2019. Es
uno de los datos que la FAO publicó en su Anuario, que
proporciona una visión en profundidad de las tendencias más
significativas que están dando forma a los sistemas
agroalimentarios globales. Una problemática presente en el G20,
que termina hoy en Río de Janeiro, y un clamor continuo del Papa
Francisco.
La edición de este año destaca una serie de desafíos clave,
incluido el aumento de las temperaturas en la tierra, la
continua inseguridad alimentaria mundial a medida que las tasas
de obesidad continúan aumentando y las presiones ambientales que
enfrenta la producción agrícola.
El valor agrícola mundial ha aumentado un 89% en términos
reales en los últimos veinte años, alcanzando los 3,8 billones
de dólares en 2022. A pesar de ello, la contribución de la
agricultura a la producción económica mundial se ha mantenido
relativamente estable, mientras que la proporción de fuerza
laboral empleada mundial ha disminuido, del 40% en 2000 al 26%
en 2022.
Las tasas de obesidad están aumentando, especialmente en
las regiones de altos ingresos; más del 25% de los adultos en
las Américas, Europa y Oceanía.
Pasando a la producción mundial de cultivos primarios,
según el Anuario FAO, alcanzó 9.600 millones de toneladas en
2022, un 56% más que en 2000. Los cultivos básicos como la caña
de azúcar, el maíz, el trigo y el arroz representan casi la
mitad de la producción agrícola mundial.
La producción de carne aumentó un 55% entre 2000 y 2022,
con el pollo a la cabeza. El uso de pesticidas registró un +70%
entre 2000 y 2022; Los fertilizantes inorgánicos alcanzaron 185
millones de toneladas de nutrientes en 2022, de los cuales el
58% es nitrógeno.
La producción de aceite vegetal creció un 133% entre 2000
y 2021, impulsada principalmente por una mayor producción de
aceite de palma.
Y también un impacto en lo que se refiere al cambio
climático. Por último, el Anuario avisa que las emisiones de
gases de efecto invernadero procedentes de los sistemas
agroalimentarios aumentaron un 10% entre 2000 y 2022; a nivel de
explotación, marcan un +15% en el mismo período, y la ganadería
contribuye alrededor del 54% de estas emisiones. (ANSA).