(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV - El Papa Francisco
envió una carta enviada al nuncio en Kiev, monseñor Visvaldas
Kulbokas, con motivo de los mil días de guerra en Ucrania, en la
que habla de "esfuerzos humanos que parecen infructuosos" para
poner fin al conflicto.
"Que el Señor consuele nuestros corazones y fortalezca la
esperanza de que, mientras recoge todas las lágrimas derramadas
y pide cuentas de ellas, permanece a nuestro lado incluso cuando
los esfuerzos humanos parecen infructuosos y las acciones
insuficientes", escribió el pontífice.
Es la palabra "PAZ", escribe el Papa en mayúsculas,
"lamentablemente olvidada por el mundo de hoy, la que nos
gustaría oír resonar en las familias, en los hogares y en las
plazas de la querida Ucrania".
Francisco habla de "la amada y atormentada Ucrania" y el
motivo de este mensaje es "el cumplimiento de los mil días de
agresión militar a gran escala que están sufriendo los
ucranianos", recuerda el propio pontífice.
"Sé bien que ninguna palabra humana es capaz de proteger sus
vidas de los bombardeos diarios, ni consolar a quienes lloran a
los muertos, ni curar a los heridos, ni repatriar a los niños,
ni liberar a los prisioneros, ni mitigar los duros efectos del
invierno, ni recuperar la justicia y la paz. Y es esta palabra,
PAZ, lamentablemente olvidada por el mundo de hoy, la que nos
gustaría escuchar resonar en las familias, los hogares y las
plazas de la querida Ucrania. Lamentablemente, al menos por
ahora, no es así", expresó.
El Papa dijo que no quiere limitarse a estas "palabras
sencillas, aunque llenas de solidaridad", sino que renueva su
"sentida invocación a Dios, única fuente de vida, de esperanza y
de sabiduría, para que convierta los corazones y los haga capaz
de iniciar caminos de diálogo, reconciliación y armonía".
"Sé que cada mañana, a las nueve, con un 'minuto de silencio
nacional', los ucranianos recuerdan con dolor - se lee en la
carta - las numerosas víctimas causadas por el conflicto, niños
y adultos, Me uno a los civiles y soldados, así como a los
prisioneros, que a menudo se encuentran en condiciones
deplorables, para que sea más fuerte el grito que se eleva hacia
el Cielo, del que proviene la ayuda".
Dios "permanece cerca de nosotros incluso cuando los
esfuerzos humanos parecen infructuosos y las acciones no son
suficientes. Con la confianza de que Dios pronunciará la última
palabra sobre esta enorme tragedia, bendigo a todo el pueblo
ucraniano, comenzando por los obispos y los sacerdotes, de
quienes tú, querido hermano, ha permanecido cerca de los hijos e
hijas de esta nación durante todos estos mil días de
sufrimiento", concluyó Francisco en el mensaje a su nuncio.
(ANSA).