Por Luigi Spera
(ANSA) - PUERTO PRÖNCIPE, 20 NOV - Una espiral de violencia
interminable sigue atravesando y condenando a Haití, que vive
una de las peores crisis políticas, sociales y humanitarias de
su corta y turbulenta historia.
La inestabilidad administrativa, el dominio de las
organizaciones sobre gran parte del territorio y la brutalidad
de la policía describen un escenario de caos del que cuesta
imaginar una salida.
En este contexto, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció
la suspensión de sus actividades en la capital Puerto Príncipe
debido a la violencia e intimidación que sufren sus empleados
por parte de la policía.
"Cuando incluso la policía se convierte en una amenaza
directa, no tenemos otra alternativa que suspender la
asistencia", afirmó el coordinador de MSF en la isla, Christophe
Garnier.
El coordinador también destacó que la retirada de "uno de
los pocos proveedores de asistencia médica que quedan en el
territorio" es "una tragedia" para la población civil, atrapada
en el fuego cruzado.
Más de 20.000 personas abandonaron sus hogares en los
últimos días para escapar de la furia de las pandillas y de las
represalias de la policía y de grupos de civiles armados.
Desde principios de año, más de 700 mil fueron evacuados.
Para la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM), sin asistencia internacional inmediata, el sufrimiento
está destinado a empeorar, provocando que el número de víctimas
supere ya las 4.000 muertes en 2024.
La situación empeoró recientemente tras el anuncio del
cartel local de pandillas -"Vivre Ensemble"- de querer "tomar el
destino del país en sus propias manos" ante el fracaso del
Consejo Presidencial de Transición (CPT), evidente tras la
destitución, hace dos semanas, del primer ministro Garry
Conille, en medio de escándalos de corrupción.
Para el expolicía y ahora líder de los grupos armados Jimmy
"Barbecue" Cherizier, el CTP, la estructura encargada de
resolver el estancamiento político, restablecer el orden y
gestionar la transición pacífica hasta las elecciones de febrero
de 2026, no tendría credibilidad.
La anterior revuelta liderada por "Barbecue" en marzo había
provocado la dimisión del entonces primer ministro Ariel Henry.
Después de la salida de Henry y el nombramiento del CPT, la
actividad de las pandillas se redujo, hasta una nueva escalada
en Haití, donde no hay un parlamento en funcionamiento ni un
presidente electo desde el asesinato de Jovenel Moise en 2021.
Las elecciones se realizaron por última vez en 2016.
(ANSA).