(ANSA) - ROMA 20 NOV - Con motivo del Día Mundial del Niño y
del Adolescente, que se celebra cada 20 de noviembre, los
expertos del Hospital Infantil Bambino Ges— de Roma indican las
señales de alerta a las que hay que prestar atención y los
consejos para crear un ambiente familiar que favorezca la salud
mental de los niños.
Depresión, retraimiento social, rechazo escolar,
autolesiones, ansiedad, trastornos alimentarios e ideas suicidas
se multiplican entre los adolescentes.
Alrededor de 1 de cada 7 adolescentes en todo el mundo sufre
un trastorno mental diagnosticado. En Europa hay más de 11
millones de menores que padecen algún problema de salud mental y
alrededor de 2 millones en Italia.
"En los últimos 10 años, las consultas neuropsiquiátricas en
las urgencias del hospital han aumentado un 500%", afirma
Stefano Vicari, jefe de neuropsiquiatría infantil y adolescente
del Bambino Ges—.
Las señales de alerta a las que los padres deben prestar
especial atención son "los cambios, especialmente cuando son
repentinos y prolongados en el tiempo".
Cuando un niño o un adolescente comienza a mostrar signos de
malestar psicológico, estos van acompañados de cambios
emocionales y de comportamiento que pueden afectar el
rendimiento escolar, con un empeoramiento repentino, la
aparición de dificultades para dormir por la noche, un
empeoramiento de los hábitos alimentarios (comer demasiado,
comer poco, comer mal), abandono de una actividad deportiva que
se practicaba con satisfacción, retraimiento social,
irritabilidad y mal humor acentuados o anhedonia excesiva, es
decir, la dificultad para sentir placer por las cosas que antes
le daban placer.
"Obviamente todos los adolescentes presentan estos patrones
de comportamiento de vez en cuando - aclara Vicari - Pero cuando
estas actitudes se vuelven cotidianas, representan un cambio
claro respecto al comportamiento habitual y duran semanas o
meses, entonces es bueno pedir ayuda".
Las señales de alarma también pueden ser físicas: es el caso
de las autolesiones, que están aumentando rápidamente,
especialmente entre los adolescentes jóvenes (13-14 años).
Incluso el aumento o pérdida de peso repentino y excesivo puede
ser una señal de que un trastorno alimentario está oculto.
El primer consejo es estar ahí. Tanto la calidad como la
cantidad del tiempo que pasas con tus hijos es importante.
También es importante encontrar tiempo para estar en silencio
con ellos. No es necesario que le diga constantemente qué hacer
y qué no hacer. El ejemplo es mucho más importante. Es
importante escucharlos y ver lo que hacen.
"Para ello es necesario encontrar tiempo - explica Vicari -
Es fundamental garantizar una presencia física junto a los
hijos. De lo contrario, la comunicación corre el riesgo de
volverse predominantemente funcional y directiva: lavarse,
estudiar, ordenar. El mensaje que hay que transmitir a los niños
es 'si me necesitas, aquí estoy'".
Otro aspecto central de la creación de un entorno óptimo
para los niños es permitirles establecer relaciones, incluso
dentro de la familia. Un estudio con menores que pudieron
afrontar mejor el distanciamiento social y las restricciones
durante el Covid 19 demostró la importancia de vivir en una
familia numerosa, donde hablamos, jugamos, leemos y hacemos
actividad física. (ANSA).