(ANSA) - ROMA 20 NOV - Los humanos hemos aprendido desde hace
mucho tiempo que ralentizar la respiración ayuda a controlar y
calmar las emociones, pero hasta ahora ha sido imposible
entender el mecanismo detrás de este vínculo.
Ahora, finalmente se ha identificado el circuito cerebral
que conecta la respiración voluntaria con el estado de ánimo de
una persona.
Fue identificada en ratones por un grupo de investigación
liderado por el Instituto Salk en La Jolla, California y el
resultado, publicado en la revista Nature Neuroscience, ofrece
nuevas herramientas para controlar los ataques de pánico, la
ansiedad y el trastorno de estrés postraumático.
Investigadores coordinados por Sung Han han identificado un
grupo de células cerebrales en la corteza frontal, implicadas en
la planificación de conductas complejas, que conecta con el
tronco del encéfalo, donde se controlan acciones vitales como la
respiración.
Luego se realizaron experimentos para buscar conexiones
entre el centro del tronco encefálico y otras áreas del cerebro
y de esta manera se identificó un nuevo circuito, puesto a
prueba registrando la actividad cerebral de ratones durante
conductas que alteran la respiración, como olfatear, nadar y
beber, y durante situaciones que generaron miedo o ansiedad.
Los resultados confirman que, cuando el circuito está
activo, los animales están más tranquilos y respiran más
lentamente, mientras que en situaciones de estrés la conexión
disminuye y la frecuencia respiratoria aumenta.
"Quiero utilizar estos hallazgos para diseñar una especie de
'píldora de yoga'", dice Han.
"Puede parecer una tontería, y traducir nuestro trabajo en
un fármaco comercializable llevará años - agrega el investigador
- pero ahora tenemos un circuito cerebral que puede convertirse
en un objetivo terapéutico para ralentizar instantáneamente la
respiración y promover un estado de calma y tranquilidad".
(ANSA).