(ANSA) - ROMA, 21 NOV - Una nueva arma fue utilizada por
Rusia para dañar a Ucrania, a más de 1.000 días del comienzo del
conflicto bélico. Es el misil balístico hipersónico Oreshnik,
de alcance medio, anunciado por Vladimir Putin. No se trata del
vector intercontinental del que habían hablado los ucranianos al
denunciar un raid sin precedentes en Dniéper, pero es igualmente
un arma muy poderosa. En grado, según Moscú, de viajar a una
velocidad tal como para eludir las tradicionales defensas
antiaéreas.
El Oreshnik, así bautizado por los ingenieros, fue utilizado
por primera vez para tomar como blanco un complejo industrial en
Dniéper, ciudad del sur de Ucrania. Armado con cabezas no
nucleares, tiene una velocidad de 3 kilómetros por segundo, que
le permite alcanzar el blanco sin ser destruido.
Una nueva arma, con un alcance de miles de kilómetros,
utilizada en respuesta a los ataques ucranianos en suelo ruso
con los misiles estadounidenses y británicos de largo alcance, y
pensado por Moscú para estar al día con el desarrollo y la
distribución de misiles de intermedio y medio alcance
estadounidenses en Europa y en el Pacífico Asiático.
Fuentes de Washington han clasificado el Oreshnik como un
arma incapaz de cambiar el destino del conflicto bélico, pero en
el arsenal ruso también hay reservas de misiles balísticos
intercontinentales (ICBM) que tendrían un impacto muy diferente,
hasta el punto de que hasta el momento ningún país lo ha
utilizado. Pueden cargarse con ojivas atómicas y cubrir una
distancia de hasta 10.000 kilómetros. Si fueran lanzados desde
Rusia, serían capaces de alcanzar la costa este de Estados
Unidos.
Los ICBM evolucionaron en los años 50, en plena Guerra Fría,
con el objetivo,
tanto para la Unión Soviética como para Estados Unidos, de
amenazar directamente las respectivas poblaciones con armas
atómicas. Una investigación del Congreso de Estados Unidos
estima que en Rusia existen 326 misiles de este tipo en su
arsenal.
Los misiles balísticos intercontinentales pueden viajar
también ingresando en el espacio, mientras se mantienen en
trayectoria en el interior de la atmósfera esto comporta mayor
consumo de combustible y una reducción de su rango.
En grado de viajar decenas de miles de kilómetros por hora,
partiendo de Rusia un ICBM emplearía unos 40 minutos en alcanzar
un objetivo en Estados Unidos.
Moscú dispone igualmente de misiles intercontinentales de
tipo RS-26 Rubez que, de acuerdo con la Arms Control Association
con sede en Estados Unidos, tienen un alcance de hasta 5.800
kilómetros y pueden transportar una cabeza atómica de 800
kilogramos. De la región de Astrakan, de la cual salió el raid
contra Dniéper, un misil de este tipo habría empleado menos de
10 minutos para llegar a su objetivo, a 700 kilómetros. (ANSA).