Por Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - BRUSELAS, 09 DIC - "Hoy estamos junto a todos los
sirios, en el país y en la diáspora, que están llenos de
esperanza, pero también con aquellos que temen un futuro
incierto".
La declaración en nombre de los 27 países de la Unión
Europea -difundida por la Alta representante de la Comisión
Europea, Kaja Kallas- está todavía fresca del correo electrónico
cuando los anuncios de suspensión de las solicitudes de asilo ya
empiezan a llegar desde las capitales, una después de la otro.
Los tonos varían: Austria evoca "expulsiones", mientras que
Bélgica asegura que quienes se hayan "integrado" podrán
quedarse, pero el mensaje parece claro: (Bashar al) Assad cayó,
comenzó una represión contra la protección internacional. Y por
la tarde el gobierno italiano también optó por la suspensión
tras una cumbre convocada en el Palazzo Chigi por la primera
ministra, Giorgia Meloni.
Los sirios, por el contrario, ocupan desde hace años el
primer lugar en la lista de nacionalidades a las que se les
reconoce el estatus de refugiados, precisamente a causa de la
sangrienta guerra civil en curso, acompañada de la feroz
represión implementada por los líderes del régimen.
En el último año, sin embargo, se han alzado más voces -tres
de ellas italianas- a favor de normalizar las relaciones con
Damasco, también para facilitar el regreso de los refugiados a
determinadas zonas del país, ahora consideradas suficientemente
estables -una operación en realidad bastante atrevida desde el
punto de vista jurídico, según diversos observadores, como ONG y
agencias internacionales.
La UE, a través de un portavoz, subrayó que, aunque algunos
elementos dan "buenas esperanzas" - por ejemplo, la avalancha de
sirios que regresan de los países vecinos - es "todavía
demasiado pronto" para evaluar "los efectos sobre la dimensión
migratoria".
"Volver o no al país es una decisión individual, por ahora
consideramos que no existen las condiciones para una
repatriación segura y digna a Siria", precisó, sin embargo, el
vocero.
En tanto, las capitales dan el primer paso, la suspensión de
las solicitudes de asilo, y esperan la evolución en el terreno,
al tiempo que temen el fenómeno contrario, es decir, la
reanudación de los flujos migratorios en caso de que prevalezcan
los enfrentamientos entre facciones.
La primera en moverse fue Alemania, seguida de Austria y
Bélgica; luego los países escandinavos y París; finalmente
Londres y Suiza. Holanda parece muy inclinada a unirse pronto.
En cambio, la primera ministra Meloni convocó a una reunión
sobre la situación en Siria con los ministros y líderes de
inteligencia pertinentes.
"En un momento en el que los combates continúan en algunas
regiones de Siria, hemos reiterado la prioridad absoluta
atribuida a la seguridad de los civiles y la necesidad de
garantizar una transición pacífica e inclusiva", se lee en la
nota difundida por el Palazzo Chigi, en la que se anuncia la
suspensión de las solicitudes de asilo "al igual que lo han
hecho otros socios europeos".
Filippo Grandi, comisario de la ACNUR, advirtió que "será
necesaria paciencia y vigilancia" antes de que se puedan lograr
"retornos voluntarios, seguros y sostenibles".
En el frente europeo, la primera fecha útil para intentar un
nivel mínimo de coordinación es el próximo jueves, durante el
Consejo de Asuntos Interiores, donde Siria será abordada durante
el almuerzo. Pero ésta es una primera discusión informal.
Luego será el turno del Consejo de Asuntos Exteriores y del
Consejo Europeo de la próxima semana.
La evolución del escenario sirio se cruza con el debate en
curso entre los 27 sobre el concepto de un tercer país seguro,
que tiene implicaciones importantes, por ejemplo, en la cuestión
de las repatriaciones.
El viernes pasado, en el Comité de Representantes
Permanentes (Coreper), se celebró una primera ronda de debate
sobre la cuestión, que luego será abordada con mayor profundidad
-explica una fuente europea- "en la primera parte de 2025".
(ANSA).