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ANSA/Siria: Putin no ve a Assad y trata de salvar sus bases

El Kremlin admite: "En Siria fuimos tomados por sorpresa".

Por Alberto Zanconato (ANSA) - MOSCU, 09 DIC - La bandera del repuesto régimen fue sustituida por aquella de los ex opositores en la embajada siria en Moscú, y la sede diplomática dijo que ahora estaba a la espera de "instrucciones" del nuevo gobierno.
    No podría haber una señal más clara de cómo cambió el viento, pero también de la incertidumbre que reina sobre el futuro.
    El Kremlin camina sobre la cuerda floja intentando no darle la espalda del todo al expresidente, Bashar al Assad, pero también salvar lo que se pueda salvar, comenzando por sus bases sobre el Mediterráneo.
    Fue Vladimir Putin quien tomó personalmente la decisión de conceder asilo "por motivos humanitarios" a Assad y a su familia, afirmó el portavoz Dmitry Peskov. Una decisión filtrada el domingo por la noche por "una fuente" a la agencia de noticias rusa Tass.
    En resumen, ningún anuncio oficial ni reunión prevista, al menos pública, entre Putin y su ex protegido.
    "No existe tal conversación en la agenda oficial del presidente", subrayó Peskov, negándose también a precisar cuándo fue el último encuentro entre ambos, aunque los medios sirios habían hablado de una visita secreta de Assad a Moscú a finales de noviembre.
    El guion refleja la necesidad de los dirigentes rusos de intentar crear o mantener contactos con los nuevos amos en Damasco, con el objetivo primordial de salvar la base naval de Tartus -la única de Moscú en el Mediterráneo- y la base aérea de Hmeimim, en la vecina Latakia.
    "Es demasiado pronto para hablar de esto, en todo caso será un tema de discusión con quienes estarán en el poder en Siria", señaló el portavoz.
    Pero para saber quiénes serán esas personas, Moscú también tendrá que esperar a la formación del gobierno, sopesando el papel y la importancia de las distintas figuras y las influencias ejercidas por las potencias regionales y mundiales.
    Por eso, según Peskov, dado que Siria está a punto de atravesar "un periodo muy difícil debido a la inestabilidad", es "muy importante mantener el diálogo con todos los países de la región". Incluida Turquía, principal apoyo de los rebeldes y yihadistas que derrocaron a Assad.
    Por lo tanto, Rusia está tratando de recuperarse del impacto de la derrota sufrida. "Lo que ocurrió probablemente sorprendió al mundo entero y nosotros no somos una excepción", admitió Peskov.
    Mientras que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, no pudo resistir la tentación de burlarse de Moscú y de Teherán, acusándolos de haber demostrado ser "socios poco fiables" de Assad.
    Los medios de comunicación rusos y los blogueros militares fueron casi igualmente despiadados en su análisis de lo sucedido y de los costos que Moscú podría tener que pagar.
    El titular del influyente diario económico Kommersant es emblemático: "Rusia perdió a su principal aliado en Medio Oriente".
    Mientras, el canal de Telegram Rybar, que presume de estar vinculado al ministerio de Defensa, advirtió de las consecuencias de una posible pérdida de las dos bases.
    Tanto Tartus como aquella de Hmeimim "desempeñaban un importante papel logístico para las operaciones de Rusia en Libia y el Sahel", señaló el blog.
    Un remedio eficaz podría ser la apertura de una nueva base en Port Sudan, en el Mar Rojo. "Pero la guerra civil en Sudán aún no terminó, lo que complica las negociaciones en curso", evaluó Rybar.
    Mientras que un puerto en la costa libia de Cirenaica, del que se habla desde hace tiempo, estaría demasiado lejos para garantizar suministros regulares con aviones de transporte a plena carga. (ANSA).
   

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