(ANSA) - DAMASCO, 10 DIC - El líder islamista sirio Mohamed
Al Jolani, quien ahora utiliza su nombre real Ahmed al-Sharaa,
advirtió hoy que "no dudaremos en responsabilizar a los
criminales, asesinos, oficiales de seguridad y del ejército
involucrados en torturar al pueblo sirio" bajo el régimen de
Bashar al-Assad.
"Ofreceremos recompensas a cualquiera que proporcione
información sobre oficiales de alto rango del ejército y
seguridad involucrados en crímenes de guerra", añadió el líder
islamista, que reveló que las nuevas autoridades buscarán el
retorno de funcionarios que han huido al extranjero.
Al Jolani anunció que las nuevas autoridades del país
publicarán una lista "que incluirá los nombres de los más altos
oficiales implicados en la tortura del pueblo sirio".
Al Jolani mantuvo conversaciones el lunes con el primer
ministro saliente Mohammed al-Jalali "para coordinar una
transferencia de poder que garantice la provisión de servicios"
al pueblo sirio, según un comunicado en Telegram.
El derrocamiento de Assad ha provocado una búsqueda
frenética por parte de las familias de las decenas de miles de
personas detenidas en la red de cárceles y centros de detención
del país. A medida que los rebeldes avanzaban hacia Damasco,
liberaron a miles de detenidos, pero miles permanecen
desaparecidos.
Una gran multitud se reunió el lunes frente a la prisión de
Saydnaya, sinónimo de las peores atrocidades del régimen de
Assad, para buscar a sus familiares, muchos de los cuales habían
pasado años allí.
Multitudes de prisioneros liberados deambulaban por las
calles de Damasco, distinguibles por las marcas de su calvario:
mutilados por torturas, debilitados por enfermedades y
demacrados por el hambre.
La ONU declaró que quien termine en el poder en Siria debe
responsabilizar al régimen de Assad, pero sigue sin estar claro
cómo el líder derrocado podría enfrentar la justicia,
especialmente después de que el Kremlin se negara el lunes a
confirmar informes de agencias de noticias rusas de que había
huido a Moscú.
Rusia jugó un papel fundamental para mantener a Assad en el
poder, al intervenir en la guerra desde 2015 y proporcionar
cobertura aérea al ejército durante la rebelión.
Después de años de represión brutal por parte de Assad,
incluyendo ataques aéreos y el uso de armas químicas contra
bastiones rebeldes, fue una ofensiva relámpago lanzada el 27 de
noviembre por los rebeldes islamistas la que finalmente lo
derrocó.
Los rebeldes liderados por Al Jolani lanzaron su ofensiva
desde el norte de Siria el mismo día en que entró en vigor un
alto el fuego en la guerra entre Israel y Hezbolá, que dejó
pérdidas devastadoras para la milicia chiita libanesa, que
perdió a toda su cadena de mando, gran parte de su arsenal y su
cuartel general.
Durante años, Hezbolá había luchado en apoyo del gobierno de
Assad en Siria, cuyo territorio era un importante canal de armas
desde Irán para la milicia libanesa. (ANSA).