Por Manuela Tulli
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 11 DIC - Siria puede vivir en
estabilidad y paz después de años de dura guerra: esto es lo que
espera el papa Francisco, quien hoy dedicó su pensamiento al
país que se enfrenta actualmente a una difícil transición tras
la caída de Bahsar Al Assad.
En ese sentido, Medio Oriente sigue estando entre las
preocupaciones del Pontífice, con especial atención en la
pequeña comunidad cristiana que vive en esta región atravesada
por conflictos que se perpetran desde hace años.
En ese contexto, Francisco recibirá mañana al presidente de
la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en el
Vaticano, mientras que el viernes se reunirá con el primer
ministro libanés Najib Mikati.
Se trata de encuentros centrales para la diplomacia
vaticana, que trabaja con paciencia y perseverancia para
intentar restablecer caminos de diálogo en una zona en la cual,
desde hace más de un año, se han intensificado las tensiones y
las hostilidades.
"Estoy siguiendo lo que sucede en Siria, en este momento
delicado de su historia. Espero que se alcance una solución
política que, sin más conflictos y divisiones, que se promueva
responsablemente la estabilidad y la unidad del país", dijo el
Papa en la final del discurso de la audiencia general de hoy.
De ese modo, también aseguró sus oraciones para que "el
pueblo sirio pueda vivir en paz y seguridad en su amada tierra".
Además, el argentino Jorge Mario Bergoglio lanzó un
llamamiento: "Las diferentes religiones pueden caminar juntas en
la amistad y el respeto mutuo por el bien de esta nación
afligida por tantos años de guerra".
El respeto a las minorías, que siempre estuvo garantizado en
Siria, es una de las preocupaciones de la comunidad cristiana.
"Se pueden criticar muchas cosas sobre el régimen de Assad,
pero hay que tener en cuenta un hecho concreto", subrayó el
nuncio en Damasco, el cardenal Mario Zenari, en una entrevista a
Famiglia Cristiana: "Siria está rodeada de Estados teocráticos
en los que se aplica la sharia islámica. Los países vecinos son
todos repúblicas islámicas, mientras que este país es una
república árabe".
"Es decir que el régimen de Assad tenía un espacio de
secularismo que aseguraba la libertad de culto y la libertad
religiosa para minorías como la cristiana. Si un musulmán
decidía convertirse al cristianismo no era perseguido ni
condenado a muerte. Esperamos que este espacio de laicidad sea
preservado en el futuro".
"Tenemos una gran preocupación por la minoría cristiana, que
es una minoría importante que vive un gran sufrimiento. Hay que
ayudarla a permanecer y defenderla en todos los casos. Pero creo
que todavía tenemos muy pocos elementos para emitir un juicio",
afirmó el presidente de la CEI, el cardenal Matteo Zuppi,
Actualmente las nuevas fuerzas en el poder en Siria,
subrayó, por su lado, el padre Antoine Audo, obispo caldeo de
Alepo, "están tratando de dar confianza mostrando respeto por
nuestras tradiciones y nuestras oraciones. Les dije - informó a
Fides el obispo- que nosotros, como cristianos árabes
representamos una realidad única en la historia y en el mundo".
(ANSA).