Por Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - BRUSELAS, 13 DIC - Las tropas europeas de
pacificación (peacekeeping) en Ucrania es un tema que ya se está
volviendo un eslogan. Las capitales de los principales países
hablan de ello, desde luego, pero es aun muy temprano para poner
blanco sobre negro. "Estamos todavía en la fase conceptual",
asegura una fuente diplomática.
Los detalles -por ejemplo el número de soldados, los países
participantes, la estructura de comando y control- vendrán, en
todo caso, más tarde. La noticia verdadera es que el Kremlin no
está necesariamente en contra. "Todo esto puede y debe ser
discutido durante las negociaciones", declaró el portavoz de (
Vladimir) Putin, Dmitri Peskov, y sostuvo que no se debe "ir muy
adelante".
En suma, la palabra clave es "prematuro". Por ello, en el
Consejo de Asuntos Exteriores del lunes próximo los 27 no
afrontarán la cuestión y se concentrarán en cómo sostener a
Ucrania para que resista el invierno y reforzar su posición en
el frente, en particular, movilizando nuevas ayudas militares,
especialmente en municiones y las defensas aéreas. En la OTAN es
lo mismo. Por ahora no se habla -de hecho, el secretario
general, Mark Rutte, pidió a los aliados que "cubran" las cartas
lo más posible para no darle ventajas a Putin- y se deja que
sean las capitales las que discutan con plena libertad.
Y bien sabiendo que, cuando los tiempos estén maduros, tanto
la UE como la OTAN estarán involucradas porque son temas que
"conciernen a todos". La única cosa cierta es que Donald Trump,
si nunca se llega a una tregua, se contentará con dejar riesgos
y beneficios a los europeos (de aquí la necesidad de encontrar
acuerdos preliminares).
Sin embargo, las señales se están multiplicando. El próximo
miércoles, víspera del Consejo Europeo (el presidente Volodimir
Zelensky está invitado), los líderes del formato Weimar plus
(Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido e Italia) se reunirán
para hacer un balance de la situación. Rutte coordinará y en la
cumbre también participarán Zelensky y el presidente del Consejo
Europeo, Antonio Costa. "Es ya una fórmula consolidada", explica
un diplomático porque, en realidad,, son los accionistas
mayoritarios de la futura misión de mantenimiento de la paz.
"Hemos afirmado repetidamente que no estamos interesados ;;en
una tregua en sí misma: queremos la paz, que llegará después de
que se cumplan nuestras condiciones y se alcancen todos los
objetivos que nos hemos fijado", reiteró Peskov, continuando el
ballet de posicionamiento en curso entre Moscú y Kiev en espera
de saber qué hará verdaderamente Trump..
Por eso, desde ahora y hasta el 20 de enero, la situación
seguirá siendo fluida y tensa. Muy tensa. "Independientemente de
lo que suceda después, debemos preservar los principios
fundamentales: Ucrania debe seguir siendo un Estado
independiente con derecho a elegir su propio futuro", subrayó la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras la
reunión telefónica de los líderes del G7. Con un inciso no
secundario. "Corresponde a Ucrania decidir sobre su territorio:
son principios que hemos defendido en los últimos tres años y es
esencial seguir defendiéndolos en el futuro". Que las fuerzas de
Kiev puedan recuperar los territorios ocupados es una fantasía y
hasta el presidente Volodimir Zelensky ya lo admite, más o menos
públicamente.
Y resta acordar el punto de entrega. A Kiev le gustaría
entrar en la OTAN -sin la protección del Artículo 5 para los
territorios en disputa- como condición previa para sentarse a la
mesa. Moscú no quiere oír hablar de esto y quiere neutralidad.
Trump parece estar de acuerdo. Pero en ese caso Putin bien
podría decir que ganó. ¨Puede Washington realmente permitírselo?
"Xi Jinping nos está mirando", advirtió Rutte. En resumen, se
escribe Ucrania pero se lee Taiwán. (ANSA).