Por Claudio Salvalaggio
(ANSA) - WASHINGTON, 13 DIC - Atacar instalaciones nucleares
iraníes, posiblemente en una operación conjunta con Israel, en
el momento de máxima debilidad y aislamiento de la República
Islámica. Es una de las opciones que evalúa el equipo de Donald
Trump para evitar que Teherán produzca bombas atómicas, según
revela el periódico The Wall Street Journal.
Además, en la entrevista con Time que lo nombró Persona
del Año, el presidente electo dijo abiertamente que "cualquier
cosa puede pasar, es una situación muy volátil".
Se trata de un escenario peligroso sin precedentes, dado
que Estados Unidos nunca ha atacado directamente a Irán y que
tal medida podría desencadenar un conflicto al aumentar las ya
numerosas tensiones en Medio Oriente, desde Gaza hasta el Líbano
y Siria.
En el trasfondo también hay un factor personal: el hecho
de que, según el Gobierno estadounidense, Teherán intentó matar
al magnate en venganza por su decisión de eliminar al general
Qassem Soleimani en Bagdad en 2020 con un ataque aéreo. Con los
tentáculos de las milicias decapitados (de Hamás a Hezbolá) y
los emplazamientos de misiles destruidos por Israel, Irán podría
verse tentado a utilizar su tercera y última carta para salir
del apuro, acelerando el programa de construcción de armas
nucleares.
Teherán ya tiene suficiente material fisionable para
producir más de 12 bombas atómicas, según una estimación de la
inteligencia estadounidense publicada la semana pasada. Si
decidiera hacerlo, le llevaría unos meses. Por eso está
aumentando la presión internacional.
Aunque siguen comprometidos con una solución diplomática,
Londres y París amenazaron en una carta al Consejo de Seguridad
de la ONU - que debatirá el expediente el próximo martes - con
la posibilidad de recurrir al mecanismo de imposición de
sanciones contra Irán para impedirle desarrollar su programa
nuclear. La resolución 2231 que sella el acuerdo nuclear iraní,
del que Trump se retiró unilateralmente en 2018 al imponer
fuertes sanciones a Teherán, también expira en octubre próximo.
Ahora incluso una mayor presión económica y diplomática
puede que ya no sea suficiente. Por esta razón, Donald
aparentemente está considerando aumentar las fuerzas
estadounidenses en Medio Oriente y amenazar o llevar a cabo
ataques, según la filosofía "reaganita" (de Ronald Reagan) y
ahora "trumpiana" de "la paz a través de la fuerza". La idea
principal es apoyar los ataques de Israel (proporcionándole
armas avanzadas como bombas anti-búnker) contra instalaciones
como las de Natanz, Fordo e Isfahán y posiblemente participar en
una operación conjunta.
Un escenario que tienta a Benjamin Netanyahu a golpear lo
que el equipo de transición de Trump llama "la cabeza del pulpo"
y cambiar definitivamente el equilibrio en Oriente Medio. Pero a
Trump le encanta cerrar "acuerdos" y está dispuesto a negociar
si Irán, un aliado cercano de Rusia, acepta sentarse a la mesa.
El magnate evitaría así la posibilidad de inflamar la región con
el riesgo de involucrar a las tropas estadounidenses. (ANSA).