Por Paolo Levi
(ANSA) - PARIS, 13 DIC - Es el rostro de los centristas
franceses. Elegido ininterrumpidamente desde 1982 hasta hoy,
Fran‡ois Bayrou figura entre los políticos más experimentados de
la V República. A sus 73 años, presidente del Movimiento
Democrático MoDem desde que lo fundó en 2007, fue tres veces
candidato al Elíseo (2002, 2007 y 2012).
Desde 2004, el que ahora se convierte en Primer Ministro en
sustitución de Michel Barnier preside el Partido Demócrata
Europeo (PDE), movimiento transnacional que fundó en la
primavera de ese año con el italiano Francesco Rutelli.
Según un sondeo de Elabe para Les Echos, desde que entró en
la terna de favoritos al puesto en Matignon, su índice de
aprobación ha subido la friolera de 8 puntos, hasta el 29%, en
un mes. Pero, ¨será capaz de gobernar con una Asamblea Nacional
perfectamente dividida en tres bloques y sin mayoría?
Al menos sobre el papel, su currículum es el de un cinturón
negro de la política. Artesano incansable de un centro
independiente, exministro de Educación y efímero canciller en el
primer Gobierno de la era Macron, el centrista optó en 2017 por
una alianza con el entonces cuarentón fundador de En Marche!,
al que prestó un apoyo crucial para ganar el poder.
Nacido el 25 de mayo de 1951 en BordŠres, en los Pirineos
Atlánticos, procede de una familia de agricultores. A los 7 u 8
años empezó a tartamudear: el pediatra confió a sus padres que
este niño "nunca podrá hacer teatro, ser profesor o dedicarse a
la política". Esta predicción se demostró errónea en todos los
aspectos: tanto es así que en su carrera Bayrou hará las tres
cosas.
A los 23 años, obtiene el título de profesor de Literatura
Clásica. En 1986, tras una militancia juvenil en la Democracia
Cristiana y una primera experiencia como concejal en Pau (1983),
entra en el Parlamento de París. En 1993, a los 41 años, es
nombrado Ministro de Educación, el más joven de la historia de
Francia, en el Gobierno de Edouard Balladur.
Además de política, publica libros, entre ellos una exitosa
biografía de Enrique IV (Henri IV, le roi libre). Un best-seller
de 300.000 ejemplares con el que pudo hacer realidad un sueño de
infancia: criar caballos de carreras.
En 1999 se presenta como candidato de la UDF a las
elecciones europeas y accede por primera vez al hemiciclo de
Estrasburgo. Tres años más tarde, en 2002, se presenta por
primera vez al Elíseo con el lema "La France humaine". Pero su
gira en autobús por el país resultó un fiasco y Bayrou fue
incluso abandonado por sus compañeros de partido, que se
pusieron del lado de Jacques Chirac desde la primera vuelta.
Otra vuelta, otra carrera presidencial en 2007. Bayrou se
impone esta vez como candidato outsider, obteniendo un
respetable tercer puesto, por detrás de Nicolas Sarkozy y
SégolŠne Royal. Es la época del nacimiento del MoDem, que
reivindica como partido de oposición a Sarkozy, a costa de
perder algunos camaradas por el camino.
La tercera (y de momento última) carrera presidencial de
2012 se centra en el recorte de la deuda, la reindustrialización
y la moralización de la vida pública. Pero no funciona. Bayrou
queda quinto en la primera vuelta, reduciendo a la mitad su
consenso respecto a 2007.
En la segunda vuelta para el Elíseo, apoya personalmente al
socialista Fran‡ois Hollande frente a Sarkozy. En 2014, se
convierte en alcalde de su Pau natal y tres años más tarde, en
2017, renuncia a su cuarta candidatura al Elíseo para apoyar a
Macron.
El resto es historia reciente. Tras la victoria del
candidato de En Marche! obtuvo un puesto de peso -el Ministerio
de Justicia en el Ejecutivo de Edouard Philippe-, pero se vio
obligado a tirar la toalla tras solo 34 días, desbordado por el
affaire de los supuestos empleos ficticios del MoDem en el
Europarlamento.
Un caso judicial que le une a la líder de Rn, Marine Le Pen,
con la que se mostró solidario y garantista. En 2020, vuelve a
la palestra política para dirigir un organismo público ad hoc
para reflexionar sobre la Francia post-Covid.
Padre de seis hijos con su esposa Elisabeth Perlant (conocida
como "Babette"), abuelo de 21 nietos, tiene ahora, tras casi
medio siglo en la política activa, el cargo más importante de
Matignon. Y quién sabe si su nombramiento no infundirá al menos
el gusto por el compromiso en una Francia paralizada por los
venenos y las divisiones. (ANSA).