Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 13 DIC - El asesinato de tres
policías de Guanajuato, el céntrico estado que lidera los
homicidios intencionales en México, puso de nueva cuenta sobre
la mesa el fenómeno de la muerte de agentes uniformados, que se
convirtieron en el blanco más fácil en la guerra que libra el
gobierno contra el crimen.
Las víctimas, tres hermanos que laboraban como elementos
las Fuerzas de Seguridad Pública de Guanajuato, fueron ultimados
en una acción casi simultánea la madrugada del martes en sus
viviendas en la comunidad Ex Hacienda El Sauz, en un área rural
de la capital del estado.
El caso elevó a 59 la cifra de policías muertos en
Guanajuato en este año, según confirmó el secretario de
Seguridad de Guanajuato, Samuel Ugalde. La semana pasada,
en el municipio de Abasolo de la misma provincia, una oficial
fue asesinada junto con su hija de 16 años.
Aunque la lucha anticrimen es protagonizada sobre todo
por fuerzas federales tanto de la Guardia Nacional como del
Ejército y del ministerio de Seguridad Pública y la Fiscalía,
colaboran activamente los cuerpos policiales de los estados y
municipios, que son los más vulnerables porque son los menos
preparados para afrontar a las bandas armadas.
En el marco de la espiral de violencia que castiga al
país y que arroja hasta ahora casi 500.000 muertos y más de
100.000 desaparecidos desde fines de 2006, los homicidios de
agentes de seguridad aumentaron 7% en 2003 respecto a 2022.
La organización civil Causa en Común señaló que, sólo en
los primeros 10 meses de este año, suman 257 agentes muertos, es
decir, uno en promedio por día, y que después de Guanajuato los
estados con más homicidios contra policías son México (que rodea
a la capital), los sureños de Guerrero y Chiapas y el norteño de
Nuevo León.
Sólo en octubre pasado se contabilizaron 31 policías
asesinados, señaló la organización y, según un estudio elaborado
por el especialista Daniel Gómez-Tagle, analista, investigador y
consultor en temas criminales, se contabilizaron 373 homicidios
de uniformados el año pasado, contra 349 del 2022.
La mayoría de los responsables de resguardar el orden
público perecieron en servicio, durante emboscadas o
enfrentamientos, pero también durante sus días francos pues la
delincuencia "aprovecha los días de descanso" de los agentes
para perpetrar acciones de venganza en su contra, señaló el
especialista.
Al menos 4 de cada 10 policías fueron asesinados durante
sus jornadas de descanso, lo que significa que "los están
cazando" los criminales, afirmó Gómez-Tagle, quien dijo que "los
matan por revancha y cuando no pueden defenderse, cuando salen
de servicio, como forma de mantener un control sobre ellos".
Ser policía en México no es fácil, pero lo es menos en
algunos lugares considerados los más peligrosos, como el caso de
Zacatecas, un estado minero en el centro del país, donde se
eleva hasta 30 veces más el riesgo de que un policía sea
asesinado en funciones.
Entre los motivos principales por las que los agentes son
las víctimas más fáciles en la lucha contra el crimen figuran el
hecho de ser "representantes del Estado" y además es el enemigo
más fácil de eliminar por no estar capacitados ni equipados
adecuadamente.
El pasado 23 de octubre del 2023 ocurrió la peor matanza
de policías en México, cuando once agentes fueron asesinados en
Coyuca de Benítez, Guerrero. (ANSA).