Por Patrizio Nissirio
(ANSA) - ROMA, 14 DIC - Un médico y un psicólogo de Médicos
Sin Fronteras (MSF) cuentan la historia de una madre y un niño
torturados en prisión.
Los equipos de MSF recibieron en el hospital de Idlib a
pacientes encarcelados en Damasco y otras zonas de Siria. La
organización explica en un comunicado que no tuvo acceso a
Damasco y que estos pacientes fueron remitidos a MSF por otra
entidad.
Los equipos médicos están brindando la atención necesaria
para ayudarlos a recuperarse.
"Estamos atendiendo a una expresa que pasó 8 años en la
prisión de Sednaya. Hoy tiene 27 años. Entró en la cárcel con su
hijo que entonces tenía 3 meses, hoy tiene 8. El niño no sabe lo
que es una galleta, un árbol o un pájaro, ni siquiera un juguete
para jugar. No sabe leer ni escribir", contaron Omar al Omar,
jefe de actividades de salud mental de MSF en Idlib, y Bilal
Mahmood Alsarakibi, director médico de MSF.
"El pequeño vio a su madre sufrir abusos físicos y
sexuales. Nunca conoció a su padre. Fue realmente difícil hablar
con él", añadieron.
Los médicos explican que muchos expresos están
aterrorizados, no pueden hablar y pierden inmediatamente la
concentración. Muchos, a quienes se les negó comida y luz solar,
sufren de claustrofobia severa y, en algunos casos, pidieron
ser visitados en espacios abiertos.
"Hoy recibimos a un paciente - narró Omar - que salió de
prisión hace solo 70 horas. Estaba llorando y temblando, no
podía pronunciar bien las frases, todavía no puede creer que lo
liberaron. Estaba traumatizado por El cuerpo de su amigo
permaneció en la misma celda durante dos días después de que un
soldado lo matara a golpes".
En el noreste de Siria, MSF apoya a clínicas de atención
primaria de salud ofreciendo tratamiento para enfermedades no
transmisibles, apoyo psicológico y gestionando una clínica de
desnutrición y una sala de urgencias.
Los equipos de la organización operan una planta de
purificación de agua en el campo de Ad Al-Hol y frecuentemente
responden a brotes de sarampión y cólera. (ANSA).