Por Elisa Buson
(ANSA) - ROMA 14 DIC - Detener las investigaciones
encaminadas a desarrollar bacterias espejo, organismos
sintéticos formados por moléculas que reflejan las existentes en
la naturaleza, eso es lo que piden 38 científicos de renombre
internacional, entre ellos dos premios Nobel (el bioquímico
británico Gregory Paul Winter y el biólogo canadiense Jack W.
Szostak) y el pionero de los estudios de vida sintética Craig
Venter.
En su llamamiento, publicado en la revista Science y
respaldado por un informe técnico de 300 páginas, los expertos
señalan que microorganismos similares aún no son una realidad,
pero en el futuro podrían representar una grave amenaza para la
salud mundial. Es que, debido a su estructura molecular
reflejada, no podría ser reconocidas por las defensas inmunes de
humanos y animales.
Por lo tanto, como medida de precaución, la ciencia decide
una vez más hacer una pausa para reflexionar, como ya ocurrió en
el pasado, cuando los investigadores se encontraron ante algo
completamente nuevo y cuyas consecuencias aún no están claras:
basta pensar en el freno de la investigación sobre supervirus o
la detención de las pruebas de edición genética en embriones
humanos.
Esta vez, quienes piden detener las investigaciones sobre
bacterias espejo son biólogos, genetistas, inmunólogos, expertos
en vida sintética y bioseguridad. Incluso hay investigadores que
han trabajado durante años con bacterias espejo: su objetivo era
utilizarlas como bio-fábricas para producir a gran escala
medicamentos innovadores que, debido a su estructura molecular
espejo, no son eliminados rápidamente por el organismo y por eso
puede tener una acción más eficaz contra enfermedades crónicas y
difíciles de tratar.
Ahora, sin embargo, surgen nuevas dudas de los estudios
sobre la seguridad de microorganismos sintéticos similares
porque, si se salen de control, podrían interactuar con el resto
del mundo de manera impredecible e incierta. De hecho, las
defensas inmunitarias de humanos, animales y plantas se basan en
el reconocimiento de formas moleculares específicas presentes en
las bacterias invasoras. Si estas formas fueran reflejadas, como
ocurre en las bacterias espejo, el reconocimiento se vería
comprometido y muchas defensas podrían fallar, dejando a los
organismos vulnerables a las infecciones.
Además, las bacterias espejo también podrían evadir a sus
depredadores naturales, como los fagos y los protistas: su
propagación incontrolada en los ecosistemas acabaría exponiendo
a humanos, animales y plantas a un riesgo continuo de infección.
Para prevenir tal amenaza a la salud global, los
científicos están pidiendo que se detenga la investigación sobre
las bacterias espejo y que se inicie un debate público que
involucre a la comunidad científica global, a los financiadores
de la investigación y a los responsables políticos. Está
previsto organizar varios eventos en 2025, incluso en el
Instituto Pasteur de París, para examinar los hallazgos del
documento y discutir las medidas que se pueden tomar para
prevenir riesgos potenciales.
"Aunque las bacterias espejo son todavía un concepto
teórico y algo que probablemente no veremos hasta dentro de
algunas décadas, aquí tenemos la oportunidad de considerar y
prevenir riesgos antes de que surjan", dice Patrick Cai de la
Universidad de Manchester, uno de los firmantes del planteo, así
como experto en el campo de la genómica sintética y la
bioseguridad.
"Estas bacterias podrían potencialmente evadir las
defensas inmunes, resistir a los depredadores naturales y
alterar los ecosistemas. Al crear conciencia ahora, esperamos
guiar la investigación de una manera que priorice la seguridad
de las personas, los animales y el medio ambiente", sentencia el
experto. (ANSA).