(ANSA) - SANTIAGO DE CHILE, 13 DIC - Tiene 34 años, perdió su
pierna izquierda a los 9 debido a un cáncer, representó a Chile
en los Juegos Paralímpicos de Invierno en Pieonchang 2018 y el
martes, luego de una expedición de diez días, logró ascender
6.893 metros, hasta el cráter del volcán más alto del mundo, el
Nevado Ojos del Salado.
Julio Soto, un ex esquiador, logró concretar su hazaña sin su
prótesis y solo apoyado en sus dos bastones, en el marco de la
travesía "Montaña sin Límite", avalada por la Fundación chilena
Niño y Cáncer, con la que busca motivar a las personas a superar
sus propios límites, especialmente a quienes tienen alguna
discapacidad física.
"Lo hago por el resto de las personas con discapacidad, para que
sientan que no están solas en su lucha. Para que sepan que se
pueden desafiar a sí mismos. Yo no se los digo, se los estoy
mostrando", relataba a medios locales antes de iniciar la
aventura de Ojos del Salado. Cuando ya había logrado subir el
Cerro El Plomo (5.424 metros) el más alto de Santiago, en una
ruta de tres días, luego de alcanzar la cima del Cerro Pintor
(4.180 metros).
"En el día a día uso prótesis, pero para escalar la montaña lo
hago sin ellas porque así me siento más libre", explicaba el
deportista, oriundo de Carelmapu, una localidad costera cercana
a Puerto Montt en el sur de Chile, y quien en su vida cotidiana
trabaja como traumatólogo.
Tras hacer cumbre en el volcán, Soto explica en entrevista con
el diario "La Tercera" que pasó el último año preparándose
intensamente en el gimnasio, además de subir otros cerros:
"Siempre vamos aumentando en tecnicismo y altitud. La montaña es
difícil para todos, el acondicionamiento físico es primordial,
ya sea si tienes una o dos extremidades".
La hazaña del Nevado fue sorteada en una expedición de diez días
para aclimatarse a las diferentes altitudes y en ella contó en
el apoyo de la Escuela de Alta Montaña del Ejército chileno en
planificación de rutas y logística.
"Los últimos 200 metros fueron muy duros", relata sobre el
asalto al último tramo, que tuvo lugar pasada la una de la
madrugada del martes 10 de diciembre.
"Es lo más difícil que he hecho hasta el momento", confiesa el
chileno a quien acompañan en sus aventuras su amigo y guía de
montaña Alejandro Calvo, y el cineasta Vicente Fernández, quien
lleva registro de cada cumbre para realizar un documental al
final del desafío.
Su próxima meta: la cumbre más alta de América, el Aconcagua, el
pico ubicado a 6.960 metros: "Sí yo me imagino la montaña sin
límites, ustedes también pueden imaginarse la suya. Ahora tienen
que pensar cuál es su montaña, aquello que se ve tan lejos y tan
imposible", reflexiona. (ANSA).