(di Patrizio Nissirio)
(ANSA) - JERUSALEN, 15 DIC - A pocos días de la caída del
régimen de Bashar al Assad, hay una gran tensión entre Israel
-que ocupa los Altos del Golán desde 1967 y que los anexó
unilateralmente en 1981- y los nuevos gobernantes sirios: el
gobierno israelí aprobó "por unanimidad" un plan para duplicar
la población de las Tierras Altas.
Un "plan de 40 millones de shekels (11 millones de dólares)
para el desarrollo demográfico que fue calificado como "escalada
peligrosa y sin precedentes" por el ministerio de Relaciones
Exteriores de Damasco.
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, declaró
inmediatamente después que Israel no tiene "ningún interés en
chocar" con Siria, pero en un contexto extremadamente volátil en
Siria, y con las tropas del estado judío que ya ocuparon -dicen
solo hasta finales del invierno- la zona de contención que
separa el Golán del resto del territorio sirio, la medida
israelí amenaza con encender un nuevo y peligroso brote en Medio
Oriente.
Donde en Gaza continúan los bombardeos y las muertes y donde
en el Líbano la tregua parece lejos de ser sólida.
Israel, mientras tanto, no detiene sus ataques sobre Siria:
más de 60 en pocas horas, siempre con el objetivo de destruir
cualquier aparato militar y defensivo del país.
Quizás no sea una coincidencia que precisamente hoy Turquía,
actor decisivo en el nuevo equilibrio sirio, se dijo listo a
proporcionar ayuda militar a las nuevas autoridades de Damasco.
Lo anunció el ministro de Defensa de Ankara, Yasar Guler,
explicando que al nuevo gobierno, dirigido por los rebeldes
islamistas que derrocaron a Bashar al-Assad hace una semana,
debería darse una oportunidad y que Turquía está "Lista a
suministrar el apoyo necesario si la nueva administración lo
requiere".
De Turquía, en solo cinco días, regresaron a Siria más de
7.600 personas, informan las autoridades turcas.
Y de Siria, pero también de Gaza, hablaron hoy Netanyahu y
el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump; esto
mientras los movimientos diplomáticos entre los nuevos líderes
de Damasco y la comunidad internacional se intensifican: Londres
anunció el inicio de contactos con la facción islámica dominante
del HTS, mientras que una delegación de Qatar se reunió con
funcionarios del gobierno sirio de transición.
La embajada de Doha en Damasco abrirá pronto.
Mientras la tensión internacional crece, los sirios buscan,
a pesar de todo, una nueva normalidad. Por ejemplo, decenas de
alumnos uniformados regresaron a la escuela en Damasco la mañana
de este domingo por primera vez desde la caída del régimen,
seguida de celebraciones en las calles.
La asistencia sigue siendo mínima, dicen los directores de
las escuelas, explicando que "la mayoría de los estudiantes
provienen de otras provincias y tomará un poco de tiempo para
que todo vuelva a la normalidad".
Algo normal también para las tiendas y empresas: muchos en
la capital han ido a la oficina desde primera hora de la mañana.
En las aceras se vieron vendedores ambulantes que ofrecían
bidones de gasolina (combustible). En Damasco, como en toda
Siria, las repetidas interrupciones de energía están a la orden
del día.
Señales de distensión en cuanto a los futuros equilibrios
internos llegan mientras tanto del líder de los rebeldes
islámicos del Hts Ahmad Sharaa (también conocido como Abu
Muhammad al-Jolani), que aseguró a la comunidad internacional
sobre el destino de los kurdos en el país, afirmando que
formarán parte del Estado.
"Los kurdos son parte de la patria y, como nosotros, fueron
oprimidos por el régimen anterior. Con la caída del régimen,
esta opresión será eliminada... Si ala quiere, los kurdos serán
parte integrante del Estado. Todos recibirán sus derechos según
la ley", aseguró. (ANSA).