Por Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - BRUSELAS, 15 DIC - Acelerar para no ser sorprendido
a finales de enero, cuando Donald Trump volverá a la Casa
Blanca. Y encontrar el marco de la narrativa. Es el objetivo de
la cumbre del formato Weimar Plus ampliada a Ucrania y al
secretario general de la OTAN, Mark Rutte, prevista en Bruselas
el próximo miércoles aprovechando la presencia de los líderes en
la capital belga para la cumbre con los Balcanes (Al día
siguiente está el Consejo Europeo, en el que participará
Volodymyr Zelensky).
Una semana intensa que sigue a la trilateral de París -donde
el presidente electo estadounidense y su homólogo ucraniano se
reunieron a la sombra de Notre Dame- así como a la visita de
Emmanuel Macron a Varsovia.
El pensamiento corre inmediatamente hacia el latiguillo del
momento, la misión europea de mantenimiento de la paz en Ucrania
como parte de un posible alto el fuego, pero en realidad la
situación es aún más compleja, porque antes de llegar
(eventualmente) a las botas sobre el terreno hay una paz que
ganar con una Rusia que piensa ceder poco o nada.
El bloque del noreste de Europa, que incluye el 4,7% del PIB
de Polonia en defensa, desearía ver a los socios occidentales
más comprometidos con el objetivo de vencer a Moscú en el campo
de batalla, con una ayuda militar aún más masiva. Se han cursado
invitaciones a Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido, Italia y
la UE, pero la asistencia real sigue siendo estrictamente
confidencial.
Por parte de la UE, según fuentes bien informadas, estarán
tanto Antonio Costa, Presidente del Consejo Europeo, como Ursula
von der Leyen, jefa de la Comisión. Incluso el lugar de la
reunión sigue siendo por ahora un misterio.
El Weimar Plus surgió en las últimas semanas como el grupo
de naciones europeas más significativo para fundamentar
estrategias verdaderamente incisivas, una especie de directorio
capaz de arrastrar y representar a los demás miembros de la UE y
la OTAN.
Varsovia, además, asumirá la presidencia rotatoria el 1ro de
enero y tiene en mente un programa centrado en el tema de la
seguridad.
El camino hacia un compromiso europeo serio solo puede
empezar desde aquí. El debate, por supuesto, se trasladará
después al Consejo Europeo, donde existen sensibilidades muy
diferentes.
Mientras tanto, están los neutrales -Austria, Irlanda y
Chipre- que no pertenecen a la OTAN. Después los "pacifistas"
Hungría y Eslovaquia, muy cercanos a Moscú y a su propaganda.
En términos de apoyo militar, los 27 examinarán a
continuación "los progresos realizados en la entrega de sistemas
de defensa aérea, munición y misiles", así como la provisión a
los soldados ucranianos de "la formación y el equipamiento
necesarios" y cómo ayudar a Kiev a sobrevivir al invierno.
Por supuesto, las crisis no se detienen en Ucrania, por lo
que los 27 debatirán "la rápida evolución de la situación en
Medio Oriente", incluida la mejor manera en que la UE puede
contribuir a los esfuerzos de desescalada, el acuerdo de alto el
fuego entre Israel y Líbano y los "últimos acontecimientos en
Siria".
"Esperamos un debate sobre la articulación de una política
común y sin duda habrá, en las conclusiones, un pasaje sobre la
alegría por la caída del régimen de Assad", aseguró una fuente
diplomática europea. (ANSA).