Por Rodolfo Caló
(ANSA) - EL CAIRO, 15 DIC - Una nueva "llamarada" literal de
caos en Libia, que lucha por mantener bajo control a algunas de
sus milicias en un marco de inestabilidad política aprovechado
por Rusia para expandir su influencia militar: la refinería de
Zawiya, una de las principales del país, fue cerrada debido a
los incendios provocados por los enfrentamientos entre dos
grupos armados locales.
Los combates, protagonizados también con armamento pesado por
el grupo Al Qasab y el de la tribu Sharafa, comenzaron el sábado
por la noche y se prolongaron hasta la madrugada del domingo
cerca de la planta: algunos tanques se incendiaron y se
produjeron peligrosas fugas en las tuberías de gas.
El balance indicado por los medios de comunicación es de un
muerto y diez heridos.
Durante los enfrentamientos también se produjeron
intervenciones de los bomberos. Estos también provocaron el
cierre durante varias horas de la carretera costera que conecta
la ciudad con la capital, Trípoli, a 45 kilómetros más al este.
La planta de Zawiya es la única del oeste de Libia que
suministra combustible al mercado nacional. Un analista explicó
el "estallido" como el efecto de "conflictos superpuestos entre
grupos armados y organismos de seguridad, que provocan un
evidente estado de caos".
Zawiya (o Zauia) es la tercera ciudad más grande de
Tripolitania y suele ser escenario de violentos enfrentamientos,
como uno ocurrido en mayo.
La situación es similar en el resto del oeste de Libia, donde
los enfrentamientos entre milicias rivales son relativamente
frecuentes y a veces muy sangrientos: en agosto de 2023, un
conflicto entre la Brigada 444 y Rada en Trípoli dejó al menos
55 muertos y más de 146 heridos.
Desde la caída y muerte del coronel Muamar Gadafi en 2011,
Libia -que cuenta con las reservas de hidrocarburos más
abundantes de Africa- ha luchado por salir de más de una década
de inestabilidad.
Las divisiones provocaron al menos dos guerras civiles y dos
gobiernos rivales que se disputan el poder: el del primer
ministro Abdulhamid Dbeibah en Trípoli y otro instalado bajo la
protección militar del general Jalifa Haftar en el este.
Y es precisamente en la Cirenaica controlada por Haftar
donde Rusia está expandiendo su influencia militar: esta semana
incluso se detectó un "puente aéreo" que puede interpretarse
como parte de un reposicionamiento mediterráneo tras el desalojo
de Siria del depuesto Bashar al Assad. (ANSA).