(ANSA) - ROMA, 15 DIC - El avance de las tropas rusas en el
Donbas parece cada vez más inexorable. Moscú reivindicó la
conquista de dos pueblos que le acercan aún más a Pokrovsk,
ciudad clave para la logística del ejército ucraniano.
Kiev sigue resistiendo con todos los medios a su alcance,
pero la superioridad de hombres y medios del enemigo se confirma
abrumadora: según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky,
solo en la última semana llovieron sobre su país más de 100
misiles y 600 bombas.
El corazón de las operaciones militares es la parte sur de la
provincia de Donetsk. Los dos pueblos capturados por los rusos
se encuentran cerca de Pokrovsk y de la ciudad industrial de
Kurakhove. Dos encrucijadas que, una vez conquistadas, abrirían
vías ilimitadas para un mayor avance ruso.
Durante el fin de semana, los soldados ucranianos informaron
de "duros enfrentamientos" en los alrededores y en la ciudad de
Kurajové, así como más al norte, en la ciudad colina de Chasiv
Yar.
"La situación es compleja y en evolución. Nuestras tropas se
están organizando actualmente para mejorar la situación
táctica", fue la explicación, que sugiere la extrema dificultad
del momento.
Además, la conquista de todo Donetsk fue durante mucho tiempo
la prioridad número uno del ejército de Putin.
Basta pensar que el mes pasado las fuerzas invasoras
conquistaron más territorio ucraniano que en cualquier otro mes
desde marzo de 2022, según el Instituto para el Estudio de la
Guerra con sede en Estados Unidos.
Desde Kiev, Zelensky actualizó a la población sobre la
situación sobre el terreno.
"Solo esta semana, Rusia utilizó casi 630 bombas aéreas
guiadas, unos 550 drones de ataque y más de 100 misiles de
diversos tipos contra Ucrania", afirmó el líder ucraniano, que a
continuación agradeció a los soldados "y a nuestros socios que
entienden la necesidad de reforzar nuestras defensas aéreas para
salvar las vidas de nuestra gente".
Un agradecimiento que delata la petición de más ayuda
militar de los socios de la OTAN, con la que Zelensky hablará
cara a cara el próximo miércoles en Bruselas.
En este enésimo día de guerra se señaló otro episodio
relevante, aunque aparentemente no relacionado con el conflicto.
El incidente ocurrió en el mar Negro, especialmente en el
estrecho de Kerch que separa Rusia de Crimea.
Dos petroleros rusos con 29 tripulantes a bordo fueron
gravemente dañados, provocando un derrame de petróleo.
Según las autoridades, el mal tiempo les sorprendió y las
imágenes publicadas por los investigadores mostraron que uno de
los petroleros estaba medio roto y se hundió en medio de una
fuerte tormenta, con manchas de petróleo visibles en el agua.
El número de víctimas es de al menos un muerto y 11 heridos.
Putin ordenó una investigación. El riesgo, aparte de la
verificación de la verdad sobre lo ocurrido, es un grave daño
ambiental.
En 2007, otro petrolero se partió en dos durante una tormenta
mientras estaba anclado frente a la costa del estrecho de Kerch,
vertiendo más de 1.000 toneladas de petróleo crudo al mar.
(ANSA).