(ANSA) - NUEVA YORK, 15 DIC - Donald Trump blinda a la
inteligencia con el nombramiento de otro fiel. El presidente
electo eligió a Devin Nunes, el actual director ejecutivo de su
red social Truth, como presidente del comité de asesores en
inteligencia, creado durante la Guerra Fría y que incluye a
ciudadanos privados encargados de ayudar a la Casa Blanca a
analizar la eficacia y planificación de las agencias de
espionaje.
El nombramiento de Nunes sigue a los de Kash Patel en el FBI
y Tulsi Gabbard en la inteligencia nacional. Opciones con las
que Trump pretende controlar las agencias que le crearon muchos
problemas durante sus primeros cuatro años en la Casa Blanca y
después.
Nunes es otro aliado de hierro del presidente electo y lo
ayudó en su papel de diputado durante el escándalo del
Russiagate, gracias también a la ayuda de un documento entonces
secreto redactado por Patel, en aquellos tiempos funcionario de
aquel FBI que ahora se pone a dirigir.
Nunes se mantuvo cerca de Trump incluso después de su salida
de la Casa Blanca y a finales de 2021 anunció su retiro del
Congreso después de 19 años para convertirse en director
ejecutivo de Trump Media & Technology Group.
El presidente electo sigue trabajando sin descanso en la
definición de su equipo, y además de Nunes anunció el
nombramiento de Richard Grenell, su antiguo embajador en
Alemania, como "enviado para misiones especiales", un nuevo
papel creado ad hoc para el que "trabajará en algunos de los
puntos calientes del mundo, incluyendo Venezuela y Corea del
Norte", explicó Trump.
Para Grenell, el nombramiento es una magra satisfacción: el
ex embajador había querido de hecho ser secretario de Estado,
cargo que recayó en cambio en el senador Marco Rubio.
Sin embargo, su papel como enviado podría ayudarle a evitar
el escrutinio del Senado por trabajos remunerados para clientes
extranjeros, incluidos proyectos de desarrollo de hoteles de
lujo en los Balcanes con Jared Kushner, yerno de Trump.
A partir de 2023, los enviados requieren la confirmación del
Senado en algunos casos, pero aún no está claro si Trump y los
senadores republicanos decidirán que su cargo requiere esta luz
verde o no.
Es probable que el presidente electo presione para evitarla y
así ahorrarse otro juicio polémico como los que tienen en marcha
Gabbard y el nominado para el Pentágono, Pete Hegseth.
Trump sigue impulsando sus nominaciones, aunque es
consciente de que el camino es cuesta arriba. Y lo hace apoyado
en otra importante victoria legal.
En efecto, ABC y su periodista George Stephanopoulos
llegaron a un acuerdo en la demanda por difamación interpuesta
por el presidente electo: además de la disculpa oficial, tendrán
que pagar 15 millones de dólares a una fundación o museo
presidencial creado por y en nombre del demandante.
Una victoria que parece validar la estrategia de Trump y su
equipo, ocupados en amenazar con acciones legales para frenar la
cobertura negativa de los medios. (ANSA).